Mujeres escriben a Mujeres
Ana María Puga Rojas
Ana María Puga Rojas
Ana María Puga Rojas
Ana María Puga Rojas
Bárbara Gabriela Uribe Tamblay
Carmen Bueno Cifuentes
Cecilia Gabriela Castro Salvadores
Cristina Magdalena Carreño Araya
Jacqueline Drouilly Yurich
Jacqueline Drouilly Yurich
Lucía Orfilia Vergara Valenzuela
Margarita Martín Martínez
María Cecilia Magnet Ferrero
María Cristina López Stewart
María Isabel Beltrán Sánchez
María Isabel Joui Petersen
María Julieta Ramírez Gallegos
María Loreto Castillo Muñoz
María Loreto Castillo Muñoz
Marta Lidia Ugarte Román
Mónica Chislayne Llanca Iturra
Muriel Dockendorff Navarrete
Reinalda del Carmen Pereira Plaza
Rosetta Gianna Pallini González
Rosetta Gianna Pallini González
Rosetta Gianna Pallini González
Rosetta Gianna Pallini González
Ana María Puga Rojas
Bárbara Gabriela Uribe Tamblay
Carmen Bueno Cifuentes
Cecilia Gabriela Castro Salvadores
Cristina Magdalena Carreño Araya
Jacqueline Drouilly Yurich
Lucía Orfilia Vergara Valenzuela
Margarita Martín Martínez
María Cecilia Magnet Ferrero
María Cristina López Stewart
María Isabel Beltrán Sánchez
María Isabel Joui Petersen
María Julieta Ramírez Gallegos
María Loreto Castillo Muñoz
Marta Lidia Ugarte Román
Mónica Chislayne Llanca Iturra
Muriel Dockendorff Navarrete
Reinalda del Carmen Pereira Plaza
Rosetta Gianna Pallini González
CREAR EN RED
Epistolaria 2021 ha sido, para nosotras, una invitación a volver a pasar por el corazón las historias de mujeres que viven en nuestro recuerdo personal y colectivo. Hemos vivido un rito único que enlaza verdad, justicia, reparación y cariño. Hemos hilado colaborativamente, tomando de manera consciente y sensible las voces de mujeres del presente que escriben a mujeres del pasado, voces plasmadas en letras que trenzan el devenir del mundo que buscamos reparar, construir, transformar y cuidar. Sostenidas en la premisa de traer a la vida y en la puesta en valor del legado de
resistencia de luchadoras incansables, como red de actrices feministas hicimos una convocatoria abierta a todas nuestras compañeras para participar en diversos roles, con el fin de crear cápsulas audiovisuales que bailan junto a las cartas, sus remitentes y sus destinatarias. Cada detalle tiene un valor único y significativo, trenzado por la biografía personal y colectiva, así el rito único trae al presente lo pasado y lo re-significamos juntas. Epistolaria 2021 es un acto de memoria, de resistencia y de ternura. Un gran tejido de creadoras inspiradas en mujeres que escriben a mujeres.
¡Seguirán vivas siempre!
Rosetta Gianna Pallini González nació el 6 de junio de 1953 en Talca. Rosetta estaba casada con un hijo, era militante del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR). El 15 de agosto de 1974 fue detenida por la DINA y Carabineros en su domicilio en el centro de Santiago, junto a otros compañeros y compañeras del Regional Chillán del MIR. Posteriormente fueron trasladados a los centros de detención Londres 38 y Tres Álamos.
Después de varios meses de permanecer en estos lugares, donde fue torturada, fue expulsada del país, llegando a México en marzo de 1975. Murió de un paro respiratorio el 2 de agosto de ese
mismo año.
El Informe de la Corporación Nacional de Reparación y Reconciliación (CNRR) concluyó:
“Considerando los antecedentes reunidos y la investigación realizada por esta Corporación, el Consejo Superior llegó a la convicción de que en la muerte de Rosetta Gianna Pallini González tuvo
decisiva influencia el deterioro de su salud, provocado por las torturas a que fue sometida por agentes del Estado durante el período de su detención. Por ese motivo, la declaró víctima de
violación a los derechos humanos”.
Rosetta tenía 22 años.
Fuentes:
Archivo Chile
Londres 38
Las Historias que Podemos Contar
Memoria Viva
Museo de la Memoria y los Derechos Humanos
Reinalda del Carmen Pererira Plaza nació el 5 de mayo de 1947, en la localidad rural de Viluco en la Región Metropolitana. Era la única hija de Luzmira Plaza, mujer campesina, proveniente de Lonquén, que trabajaba como asesora del hogar en una casa de Providencia y quien crió sola a su hija, pues su marido murió cuando Reinalda era muy pequeña.
Estudió en el Liceo 11, egresando a los 16 años como la mejor alumna de humanidades. Cuando Reinalda terminó sus estudios secundarios ingresó a la carrera de Tecnología Médica en la Universidad de Chile. Fue la primera de su familia en acceder a la educación superior, motivo de gran orgullo para su madre.
En la universidad, Reinalda comenzó a militar en las Juventudes Comunistas. Se la recuerda como una persona de gran carácter, con mucha determinación y gran belleza. Después de titularse, comenzó a trabajar en el Hospital Sótero del Río, involucrándose también en el trabajo gremial en la Federación de Tecnólogos Médicos. En esas actividades conoció a un joven kinesiólogo, también militante del Partido Comunista, Max Santelices, con quien inicia una relación. El 15 de julio de 1973 contraen matrimonio.
Después del Golpe de Estado, Reinalda y Max fueron detenidos. Reinalda fue llevada al Regimiento de Ferrocarriles del Ejército de Chile, donde permaneció cerca de 10 horas. Fue dejada en libertad y obligada a firmar semanalmente durante un año un registro llamado “control de personas con comprometimiento político”. Max estuvo 20 días en el campamento de prisioneros del Estadio Nacional. Posteriormente, ambos fueron despedidos de sus trabajos.
Reinalda y su marido asumieron un comprometido trabajo político en clandestinidad. El 15 de diciembre de 1976, fue detenida en la intersección de las calles Rodrigo de Araya y Exequiel Fernández. Ese mismo día fueron detenidos otros seis dirigentes del Partido Comunista, como parte de una operación para aniquilar su directiva.
Reinalda permanece desaparecida. Estaba embarazada de cinco meses al momento de su secuestro.
Reinalda tenía 29 años.
Fuentes:
Vicaría de la Solidaridad
Memoria Viva
Arqueología de la Ausencia
Museo de la Memoria y los Derechos Humanos
Muriel Dockendorff Navarrete nació el 2 de marzo de 1951 en Temuco. Hija de Ana Maria Navarrete Mulsow y de Tomás Dockendorff Mulsow. Desde niña tuvo interés por la creación artística, la literatura y la música. También le gustaba la equitación. Cursó sus estudios en el Colegio Alemán de Temuco, cambiándose en 4° Año de Humanidades al Colegio Santa Cruz de Temuco, terminando en el Liceo vespertino de esa ciudad. A temprana edad, Muriel ya dominaba a la perfección el idioma alemán y posteriormente el inglés. En 1970 obtuvo una beca para estudiar en México. En ese viaje conoció también los Estados Unidos y Colombia. A su regreso, tras un breve paso por la carrera de Servicio Social en Temuco, decide cambiarse a Economía en la Universidad de Concepción. Comienza a militar en el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) y se hace dirigenta estudiantil. En la universidad conoce a Juan Molina Manzor con quien inicia una relación.
Contraen matrimonio en mayo de 1973.
Por razones de su trabajo político, se movía entre Concepción y Santiago. El Golpe de Estado lo vivió en la capital y allí se establece con su marido. En 1974 vivían en la calle Marconi, en el Barrio Bellavista. El 6 de junio fueron detenidos en su domicilio por efectivos de los Servicios de Inteligencia de la Fuerza Aérea (SIFA). Luego de un mes fue liberada por falta de méritos. El 6 de agosto del mismo año fue detenida por la DINA y llevada a Londres 38. Posteriormente fue vista en la Cárcel del Buen Pastor, en Villa Grimaldi y en Cuatro Alamos, desde donde se pierde su rastro. Su nombre integra la lista de 119 chilenas y chilenos en el caso conocido como Operación Colombo.
Muriel tenía 23 años.
Fuentes:
Londres 38
Memoria Viva
Vicaría de la Solidaridad
Expedientes de la Represión
Archivo Chile
Museo de la Memoria y los Derechos Humanos
Marta Lidia Ugarte Román nació en Santiago el 29 de julio de 1934. Fue profesora, modista, miembro del Comité Central del Partido Comunista de Chile, secretaria de la diputada Mireya Baltra, Encargada Nacional de Educación del PC, jefa provincial en Santiago de la Junta de Abastecimientos y Precios (JAP) de DIRINCO, durante el Gobierno de Salvador Allende.
Luego del Golpe de Estado, Marta asumió tareas políticas en clandestinidad. En una carta escrita por una compañera de militancia, destaca: “Fue sin duda una de aquellas figuras del partido que nosotros, los militantes más jóvenes, mirábamos con una mezcla de admiración y respeto, y hasta, por qué no decirlo, con algo de reverencia (…) fui conociendo a la verdadera compañera Marta, fui percibiendo su tremenda humanidad, sus ocultas ternuras, su calidez extraordinaria, en una palabra, su condición de mujer comunista. Y puedo decir ahora, con un orgullo difícil de describir, que llegué a sentir a Marta Ugarte, como una amiga, como una hermana, como una madre… tal vez lo más expresivo sería decir, como una compañera, en todo lo profundo que puede llegar a encerrar ese término”.
El 9 de agosto de 1976 personal de la Policía de Investigaciones (PDI) la detuvo en su casa y la trasladó a Villa Grimaldi donde fue torturada.
Exactamente un mes después de su detención, su cuerpo fue encontrado en la playa La Ballena, cerca de Los Molles.
Su cuerpo fue arrojado al mar dentro de un saco desde un helicóptero por agentes del Estado. La prensa de la época publicó la noticia (en uno de los tantos casos de montaje periodístico de la prensa oficial de la dictadura) como el asesinato de una joven y hermosa mujer, aludiendo a un crimen pasional.
Marta tenía 42 años.
Fuentes:
Memoria Viva
Museo de la Memoria y los Derechos Humanos
La Izquierda Diario “Marta Ugarte: la profesora militante lanzada al mar por la Dictadura”
Serpaj Chile
María Loreto Castillo Muñoz era pobladora del sector Lo Valledor Sur en la comuna de San Miguel. Vivía con su pareja, Héctor Muñoz, y sus tres niños. Se la recuerda como una mamá alegre, dedicada y esforzada. Para mantener a su familia y costear sus estudios de costura en una escuela de adultos, se dedicaba a lavar ropa. Además, era militante del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR).
El 11 de mayo de 1984, se realizó la octava protesta nacional. Seis días después, Loreto y Héctor fueron secuestrados en medio de operativos de represalia desarrollados por la CNI y fueron llevados vendados a un centro clandestino de detención y tortura que funcionaba en el Cuartel Borgoño.
En la posterior investigación del ministro Mario Carroza, se llegó a establecer los siguientes hechos:
«El 17 de mayo de 1984, entre las 22:00 y las 23:00 horas, en circunstancias que María Loreto Castillo Muñoz y su conviviente Héctor Muñoz Morales, ambos militantes del MIR, regresaban a su hogar ubicado en la comuna de San Miguel, fueron interceptados por una patrulla de agentes de la Central Nacional de Informaciones (CNI) que conformaban el aparato antisubversivo de esta ciudad, quienes procedieron a intimidarles con armas de fuego y los subieron a un vehículo, luego les vendaron la vista y los trasladaron a un lugar desconocido, donde fueron golpeados e interrogados por varias horas, hasta el momento en que vuelven a trasladarlos a otro punto de Santiago, siempre con la vista vendada, que al parecer correspondía a un sector del cerro San Cristóbal, donde se procede a separarlos y resulta ser la última vez que se ve con vida a María Loreto Castillo Muñoz. Al día siguiente, María Loreto Castillo, es encontrada sin vida por acción de artefacto explosivo, en una torre de alta tensión en la comuna de Pudahuel».
Sobre ese alevoso crimen escribió el Padre José Aldunate en sus memorias: “Estremece la figura de una mujer que lleva en su cuerpo una fuente de vida, triturada y pulverizada por los que debían ser “guardianes de la vida”.
María Loreto tenía 29 años.
Fuentes:
Memoria Viva
Museo de la Memoria y los Derechos Humanos
Crónica Digital
María Julieta Ramírez Gallegos nació el 17 de mayo de 1909. Casada con Óscar Castro Alcátara, madre de Óscar y Maretta Castro Ramírez; dedicada a las labores de casa.
El día 30 de noviembre de 1974, María Julieta acompañada de su yerno Juan Rodrigo Mac Lead, militante del MIR, fue a visitar a sus hijos Marietta y Óscar Castro Ramírez, quienes se encontraban detenidos en el campamento de prisioneros “Tres Álamos”. En el campamento vio a sus hijos y a su nuera Ana María Vallejos. En esos momentos fue detenida junto con su yerno sin explicación alguna.
De esta detención fue testigo su hija. Posteriormente fue trasladada a Villa Grimaldi desde donde desapareció.
El recientemente fallecido actor y director del Teatro el Aleph, Óscar Castro, hijo de Julieta, recuerda de su madre, “éramos muy cómplices en esta historia de la amistad y de reírnos juntos de todo”.
Julieta tenía 65 años.
Fuentes:
Memoria Viva
Villa Grimaldi
Museo de la Memoria y los Derechos Humanos
María Isabel Joui Petersen nació el 26 de junio de 1955. Tenía tres hermanos. Se la recuerda como una “niña reflexiva, bajita, pelo largo y oscuro, ojos almendrados y gran sonrisa”. Estudió en el Liceo de Niñas N°3 Mercedes Marín del Solar, involucrándose en la dirigencia estudiantil, llegando a ser Presidenta del Centro de Alumnas y a participar de la Federación de Estudiantes Secundarios de Santiago (FESES). En este proceso se involucró en la militancia política, primero desde las organizaciones cristianas que abrazaron la teología de la liberación, hasta adoptar una línea revolucionaria; Fue integrante de la Juventud de Estudiantes Católicos, posteriormente del Frente de Estudiantes Revolucionarios (FER) y de la Brigada Secundaria del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR). En las labores de militancia conoce a Renato Sepúlveda Guajardo, quien era dirigente MIR del Internado Nacional Barros Arana (INBA), con quien inicia una relación. Terminado el liceo, María Isabel entró a cursar la carrera de Economía en la Universidad de Chile y Renato ingresó a Medicina en la misma casa de estudios. En 1974, María Isabel y Renato contrajeron matrimonio. Vivían en el Barrio Brasil, en Santiago.
El 12 de diciembre de 1974, Renato es detenido por agentes de la DINA en la Sede Norte de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile. Al día siguiente, fue allanada la vivienda del matrimonio y el 20 de diciembre detienen a María Isabel en un departamento de calle Compañía en Santiago.
Fue llevada al recinto clandestino de detención la “Venda Sexy”, ubicado en calle Irán con Los Plátanos de la comuna de Macul y posteriormente trasladada a Villa Grimaldi, según relatos y declaraciones de compañeros y compañeras de detención. Hasta el momento María Isabel y Renato permanecen desaparecidos e integran la lista de 119 chilenas y chilenos en el caso conocido como Operación Colombo.
María Isabel tenía 19 años.
Fuentes:
Villa Grimaldi
Memoria Viva
Museo de la Memoria y los Derechos Humanos
María Isabel Beltrán Sánchez nació el 2 de mayo de 1952. Proveniente de una familia de clase trabajadora, fue la primera de tres hermanos. Desde pequeña, según el relato de su madre, María Isabel mostró carácter y decisión, manifestaba sus opiniones cuando algo no le parecía, lo que en su adultez se materializó en capacidad y fuerza de voluntad. A pesar de que tuvo que hacerse cargo de sus hermanos en las jornadas de trabajo de su madre, quien trabajaba de auxiliar del Instituto de Neurocirugía, siempre fue una persona de buen ánimo, “jovial y dicharachera”.
En los años previos al triunfo de la Unidad Popular, María Isabel ingresó a cursar estudios de Pedagogía en Música en la Facultad de Ciencias y Artes Musicales de la Universidad de Chile, período en el que comenzó a militar en el Frente de Estudiantes Revolucionarios (FER), ala estudiantil del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR). Su madre relata que: “Ella solía ir a una población junto con algunos otros compañeros, muchos de ellos actualmente detenidos desaparecidos, para imponerse de las necesidades de la gente, apoyarlos y difundir sus problemas. En esa población conoció un día a un poblador llamado Javier Pacheco Monsalves, uno de los dirigentes. Isabel aceptó ser su compañera y de esta relación nace más tarde su hija Tamara Isabel. Fue muy feliz con la llegada de su hija, pues llenó gran parte de su vida”.
El Golpe de Estado la sorprendió en Parral, mientras su compañero realizaba labores en La Moneda como integrante del GAP. Javier logró salir con vida ese día, sin embargo, fue detenido el 6 de
octubre de 1973 por los militares, siendo fusilado esa misma noche en el Cerro Chena. Más tarde, María Isabel, quien había vuelto a Santiago, comenzó a ser buscada. Según consta en el informe de la Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación, “fue detenida por efectivos del Ejército junto a otra persona (su amiga Patricia Contreras Farras), en su domicilio de la ciudad de Santiago, con fecha 16 de diciembre de 1973, conducida a la Escuela Militar y posteriormente trasladada a la Escuela de Artillería de Linares. Su detención fue reconocida en junio de 1974 por la Jefatura de Plaza de la Provincia de Linares”.
Su madre viajó decenas de veces hasta la Escuela de Artillería de Linares. Solo pudo ver a María Isabel el 12 de enero de 1974, quien estaba en muy malas condiciones al interior de un baño custodiada por militares. Desde esa fecha se encuentra en calidad de detenida desaparecida.
Tenía 21 años.
Fuentes:
Testimonios de Oriana Sánchez, Madre de María Isabel; Archivo Chile Recuperado
Memoria Viva
Informe de la Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación
Museo de la Memoria y los Derechos Humanos
María Cristina López Stewart nació en Santiago el 2 de noviembre de 1952. Hija de Inés Stewart y Alberto López, fue la menor de cuatro hermanas. Su madre la recuerda como una niña “de largos cabellos rubios lacios, eterna sonrisa en los labios y unos dulcísimos ojos castaños”. Cursó sus estudios secundarios en el Liceo 7 de Niñas. Desde temprana edad mostró grandes convicciones y una marcada rebeldía contra la desigualdad.
Después de terminar el liceo, ingresó a estudiar la carrera de Historia y Geografía en la Universidad de Chile. Por esos años comenzó a militar en el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), donde tomó responsabilidades gradualmente hasta llegar a trabajar en la Unidad de Información de la que, posteriormente, se hizo cargo. Realizó trabajo en poblaciones. “Parece ser que siente que cada minuto de su existencia es más importante entregado a los demás que dedicado a sí misma, y así va dejando su desbordante alegría y esperanza en hogares más humildes, mientras va aprendiendo la sabiduría de la vida que muchos no llegan jamás a comprender” dice su madre.
El 23 de septiembre de 1974 fue detenida por agentes de la DINA junto con sus compañeros de residencia, Rosalía Martínez Cereceda y su esposo, Los tres son trasladados al centro de detención de la DINA de José Domingo Cañas. Varios testimonios de compañeros y compañeras de detención dan cuenta de su permanencia en ese recinto. Su nombre integra la lista de 119 chilenas y chilenos en el caso conocido como Operación Colombo.
María Cristina tenía 21 años.
Fuentes:
José Domingo Cañas
Memoria viv
Museo de la Memoria y los Derechos Humanos
María Cecilia Magnet Ferrero, nació en Santiago el 3 de diciembre de 1948. Fue la mayor de seis hijos del matrimonio conformado por Alejandro Magnet y Marita Ferrero. Su hermana Odette la recuerda “Linda por dentro y por fuera, como eras tú. Un tornado, un huracán, como eras tú. Un remolino con dos piernas largas, una melena al viento”.
María Cecilia estudió Sociología en la Catholic University of America, en Washington DC y, posteriormente, Economía en la Universidad de Chile. Fue militante del MAPU durante la época de la Unidad Popular. Conoció a Guillermo Tamburini, médico argentino, militante del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) con quien inicia una relación. Después del Golpe de Estado deciden radicarse en Buenos Aires. Se casaron, en enero de 1974.
Vivían en la calle Córdoba Nº3.300, lugar desde donde fueron secuestrados durante la madrugada del 16 de junio de 1976 por efectivos del Ejercito Argentino. Desde ese día se encuentran desaparecidos y son parte de las víctimas chilenas de la Operación Cóndor.
María Cecilia tenía 27 años.
Fuentes:
Archivo Chile
Desaparecidos ORG
Camila Magnet, Operación Cóndor: ¿Dónde están Magnet y Tamburini?
Memoria Viva
Museo de la Memoria y los Derechos Humanos
Lucia Orfilia Vergara Valenzuela nació en 1952 en Curicó. Se la recuerda como una persona inquieta, siempre interrogante y preguntando, “impulsiva, franca, abierta, desde su adolescencia se entrega por entero al trabajo político para alcanzar la justicia que sueña para su pueblo”.
Uno de sus hermanos la evoca así: “A pesar de todo era la misma de siempre física y sicológicamente. Naturalmente más convencida que nunca de sus ideas… Joven, alegre, sana. . . hay momentos en que siento mucho dolor pero comprendo. . . pero no olvido jamás. Cuántas veces quisiera yo tener aquellas largas conversaciones, aquella búsqueda de significados que nos permitían estar
cerca…viviendo…”
Después de terminar el liceo, a pesar de haber sido aceptada en la Universidad de Valparaíso, decidió quedarse a vivir en Santiago para abrazar el trabajo poblacional. Comenzó a militar en el
Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR). Luego del Golpe, fue perseguida política, por lo que decidió abandonar el país, partiendo con un hijo de dos meses. En el exilio nació su segundo hijo.
Estuvo en Suecia y España, país donde fue detenida en 1981 bajo falsas acusaciones y condenada a 8 años de cárcel, pena que conmutó por libertad condicional.
Posteriormente retornó a Chile clandestinamente. El 7 de septiembre de 1983 fue asesinada junto a otros dos compañeros de militancia, en el operativo conjunto realizado por la CNI, Carabineros e Investigaciones conocido como el Montaje de un falso enfrentamiento en calle Fuente Ovejuna.
Lucía tenía 31 años.
Fuentes:
CODEPU. “Los Muertos en Falsos Enfrentamientos. Tomo II”. Colección Patricio Sobarzo. Consejo de Defensa de los Derechos del Pueblo. Santiago de Chile, 1985
Memoria Viva
Archivo Chile
Litoral Press: “Lucia Vergara Valenzuela: la curicana abatida por la CNI”
Museo de la Memoria y los Derechos Humanos
Ana María Irene Puga Rojas nació el 14 de agosto de 1948, en Valdivia. Era la menor de cinco hermanas. Su familia la llamaba cariñosamente “La Negra”. Se la recuerda como una mujer franca, generosa y leal; una persona atractiva y carismática. Desde el colegio le interesó la participación, siendo parte de la Federación Laica de Estudiantes Chilenos (FLECH). Estudió teatro en la Universidad de Chile. Como actriz se destacó por su versatilidad y capacidad para interpretar papeles tanto en comedia como en tragedia, destacando en clásicos como “Tartufo” de Molière y “Antígona” de Sófocles, en un recordado montaje en el que se encargó del personaje principal. También se dedicó a la docencia.
Fue militante del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) y se casó casada con Alejandro de la Barra Villarroel, cientista político y miembro de la Comisión Política del MIR. Tuvo dos hijos, Rodrigo y Álvaro.
El día 3 de diciembre de 1974, cuando ambos se dirigían a buscar a su hijo Álvaro al jardín, fueron interceptados por un grupo de agentes de la DINA, quienes les dispararon al interior del vehículo que conducían, asesinándolos en el mismo lugar.
Ana María tenía 26 años.
Fuentes:
Documental “Venían a buscarme” de Álvaro de la Barra Puga (2016)
Museo de la Memoria y los Derechos Humanos
Memoria Viva
Villa Grimaldi
Carmen Cecilia Bueno Cifuentes nació el 16 de julio de 1950. Su infancia la vivió junto a su familia en el barrio República de Santiago. Una infancia feliz, como relatan sus hermanas. Era la hermana del medio, la mayor Loli y la menor Verónica. Desde pequeña fue una persona con gran carácter: creativa, extravagante y valiente. Cursó la enseñanza básica en el colegio Santa Teresa de Jesús y la enseñanza media en el Liceo Nº1 de Niñas. Posteriormente, ingresó a la carrera de Arte de la Comunicación en la Universidad Católica, especializándose en Cine. Siempre le gustó la actuación, por lo que también incursionó como actriz en algunas producciones en las que trabajó dentro del equipo de realización como fue “La Tierra Prometida” (1972) de Miguel Littin.
Su convicción y su compromiso con los procesos sociales que estaba viviendo el país la hacen acercarse al Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) como ayudista, no militante.
Después del Golpe de Estado, la situación laboral en su campo se torna muy difícil, por lo que realiza cortometrajes publicitarios en los estudios de Chile Films. Además, realiza fotografía e incursiona en bordados artesanales, donde desarrolla una vez más su gran espíritu creativo. En febrero de 1974, Carmen se une al equipo de realización de la película “A la Sombra del Sol” de
Silvio Caiozzi y Pablo Perelmann. Es en ese rodaje que inicia una relación con el camarógrafo y director de fotografía Jorge Müller. El día siguiente del estreno de la película, el 29 de noviembre de 1974, ambos son detenidos por efectivos de DINA en la esquina de Los Leones con Bilbao, mientras se dirigían a su lugar de trabajo en Chile Films. Tanto las versiones de testigos como la información acreditada en el Informe Rettig, señalan que fueron llevados a Villa Grimaldi y, posteriormente, a Tres Álamos, desde donde desaparecieron. Carmen tenía 24 años.
Fuentes:
Testimonio de Mariola Cifuentes, madre de Carmen Bueno Cifuentes. Memoria Viva
Documental “29 de noviembre” (2017) de Carla Toro y Mauricio Villarroel
Museo de la Memoria y los Derechos Humanos
Cristina Magdalena Carreño Araya nació el 3 de junio de 1945 en las oficinas salitreras de Pedro de Valdivia, provincia de Antofagasta. Sus padres, Alfonso y Elsa, se habían conocido en ese lugar.
Ambos ya venían de la tradición minera, participaban del trabajo sindical y eran militantes del Partido Comunista, por lo que Cristina, Dora y Lidia (hermana mayor y menor respectivamente) se criaron en esa formación. Sus familiares recuerdan que era introvertida y de pocas palabras, lo que contrastaba con sus grandes acciones. En la adolescencia ingresó a las Juventudes Comunistas y participó de trabajos comunitarios. Posteriormente, se trasladó a Santiago y llegó a ser dirigente del Regional Cordillera de la JJCC.
Después del Golpe de Estado, su familia fue perseguida. Varios familiares de Cristina fueron detenidos, mientras que su padre realizó trabajo clandestino. El 8 de julio de 1974, Alfonso fue
detenido junto a otros dirigentes por el Servicio de Inteligencia de la Fuerza Aérea, siendo torturado hasta la muerte. Cristina siguió militando entregada a la preocupación de conocer la situación de compañeras y compañeros en la prisión política, al mismo tiempo que trabajaba como secretaria.
Por las persecuciones de las que estaba siendo objeto, abandonó el país rumbo a Hungría y en 1978 viajó a Buenos Aires. Según el Informe Rettig, “el día 24 del mes (de julio) reveló ante las oficinas del CEAS, repartición de la Iglesia Católica que trabajaba en coordinación con ACNUR, en la Capital Federal sentirse perseguida y solicitó el estatus de refugiada”. A los dos días, el 26 de julio, desaparece en Buenos Aires. Testimonios de compañeras de detención señalan que fue llevada al centro clandestino de detención El Banco y posteriormente a El Olimpo. Investigaciones posteriores determinaron que fue asesinada y su cuerpo fue lanzado al mar junto con el de otros 11 detenidos.
Sus restos fueron hallados en las costas de La Plata el año 2005 y luego de ser identificados fueron repatriados en diciembre de 2007. Fue una de las victimas chilenas de la Operación Cóndor. Cristina tenía 33 años al momento de su desaparición.
Fuentes:
Espacio para la Memoria Ex Olimpo
Memoria Viva
Observatorio de Género y Equidad, “El Retorno de Cristina” El retorno de Cristina
Museo de la Memoria y los Derechos Humanos
Jacqueline Paulette Drouilly Yurich nació el 3 de diciembre de 1949 en Santiago. Hija de Jorge Drouilly Silva y Norma Yurich Costagliola. Su familia la recuerda como una niña alegre, comunicativa y sociable. Siendo pequeña se traslada con su familia a Temuco, donde cursó estudios escolares en el Colegio Alemán, el Colegio Juan Bautista y el Liceo Gabriela Mistral. Siempre fue solidaria con las personas que lo necesitaban, actitud que se transformó en vocación, pues ingresó a la carrera de Servicio Social en la Universidad de Chile, sede Temuco.
En la Universidad conoció a Marcelo Salinas Eytel, dirigente estudiantil del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) con quien inició una relación. Juntos decidieron establecerse en Santiago, donde Jacqueline estudió teatro dos años, para luego retomar sus estudios de Servicio Social en la Universidad de Chile.
El 2 de agosto de 1974 Jacqueline y Marcelo contrajeron matrimonio. La medianoche del 30 de octubre de 1974, agentes de la DINA detuvieron a Jaqueline en su hogar y esperaron a que llegara
Marcelo la mañana del 31. Diversos testimonios y antecedentes dan cuenta de la permanencia del matrimonio Salinas Drouilly en los centros secretos de reclusión y tortura de la DINA, José Domingo Cañas, Villa Grimaldi y el Pabellón de Incomunicados de Cuatro Álamos. Hasta el momento permanecen desaparecidos e integran la lista de 119 chilenas y chilenos en el caso conocido como
Operación Colombo.
Jaqueline tenía 24 años y estaba embarazada de tres meses.
Fuentes:
José Domingo Cañas
Parque Cultural
Memoria Viva
Museo de la Memoria y los Derechos Humanos
Mónica Ghislayne Llanca Iturra nació el 28 de julio de 1951 en Santiago. Sus padres eran Artemio Llanca Llanca y Emma Iturra Maldonado. De niña vivió junto a su familia en Conchalí y posteriormente se cambiaron a Carrascal, en la comuna de Quinta Normal. A la edad de 12 años quedó al cuidado de sus hermanas mayores, pues sus padres se habían separado. Estudió en el Liceo N°15. Se la recuerda como una excelente compañera, solidaria, con gran personalidad y apegada a su familia. Le gustaba la natación, el canto -participaba de un coro- y los paseos al aire libre.
En 1969 conoció a Manuel Maturana Palma, con quien se casó dos años después. En 1972 nace el hijo de ambos, Rodrigo. Mónica trabajó en el Gabinete Central de Identificaciones (actual Registro Civil). Después del Golpe de Estado, Mónica se convirtió en ayudista del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), colaborando en la elaboración de cédulas de identidad falsas para apoyar la resistencia.
El 6 de septiembre de 1974 fue detenida y trasladada a José Domingo Cañas y luego a Cuatro Álamos, desde donde desapareció. Su nombre integra la lista de 119 chilenas y chilenos en el caso conocido como Operación Colombo.
Mónica tenía 23 años.
Fuentes:
Arqueología de la Ausencia
Memoria Viva
Vicaría de la Solidaridad
Archivo Chile
Museo de la Memoria y los Derechos Humanos
Margarita Eliana Martín Martínez nació el 7 de mayo de 1946 en Santiago. Es hija de Isidro Martín y Elba Martínez. Su padre era un republicano español que llegó como refugiado en el Winnipeg escapando de la represión franquista. Su madre era dueña de casa y costurera. Margarita fue la mayor de cinco hijos, quienes se criaron en la comuna de Independencia. Margarita, sus hermanas y hermanos crecieron con la herencia familiar de su padre y las historias de la Guerra Civil Española.
A los 18 años conoció al cantor popular Benedicto “Piojo” Salinas con quien se casó. Tuvieron cinco hijos: Mirna, Isidro, Yorka, Víctor y Benita. La familia se trasladó a vivir a la comuna de La Cisterna.
Su hija Yorka recuerda a Margarita como una “madre cariñosa y buena dueña de casa. Tenía muy buena mano, cocinaba muy rico. Era una persona muy tranquila; no salía nunca, pero le encantaba la música, especialmente el flamenco y el folclor latinoamericano. Cantaba precioso, a veces se ponían a cantar con mi papá, pero solo para nosotros, nunca lo hizo profesionalmente”.
En la medianoche del 30 de junio de 1986, Carabineros allanó la casa de la familia Salinas Martín. Durante esa acción, según investigaciones posteriores, los uniformados asesinaron a Margarita, a su hermana María Paz Martín Martínez y a su hijo Isidro Salinas Martín. Carabineros intentó encubrir su acción mediante un montaje, aduciendo que se había tratado de un enfrentamiento entre militantes del Frente Patriótico Manuel Rodríguez. Hasta la fecha la familia reclama por la impunidad de este crimen.
Margarita tenía 33 años.
Fuentes:
Testimonio de Yorka Salinas Martin, hija de Margarita Martín Martínez
Museo de la Memoria y los Derechos Humanos
El Rodriguista “Los brutales asesinatos de calle Mamiña 150 (1986)
Bárbara Gabriela Uribe Tamblay nació el 13 de diciembre de 1953 en Santiago. Hija de Enrique Uribe Vásquez y Teresa Tamblay Godoy. Procede de una familia numerosa compuesta por cuatro hermanas mujeres. Se la recuerda como una persona alegre pero con gran carácter y un sentido crítico ante la injusticia. Realizó sus estudios en el Liceo 7 de Providencia y en el Liceo 11 de Macul. Al salir del liceo, estudió secretariado. Por esa época, sus ideales se encausaron hacia la militancia política ingresando al Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR). Conoció a un compañero de militancia, Edwin Van Yurick Altamirano, con quien comenzó una relación.
Después del Golpe de Estado comenzó la cruenta persecución y el trabajo político en clandestinidad.
En ese escenario de adversidad, Bárbara y Edwin contraen matrimonio, el 29 de diciembre de 1973.
EN 1974, Bárbara fue secretaria en una empresa fotográfica. El 10 de julio de ese año la DINA detiene a Edwin y más tarde a Bárbara. Varios testimonios de compañeros y compañeras de detención
señalan su paso por Londres 38 y Cuatro Álamos, desde donde desaparecieron. Sus nombres integran la lista de 119 chilenas y chilenos víctimas de la Operación Colombo.
Bárbara tenía 20 años.
Fuentes:
Londres 38
Memoria Viva
Archivo Chile
Museo de la Memoria y los Derechos Humanos
Montevideo, 11 de julio de 2021
Querida Carmencha:
Acá es invierno, es un año extraño, ¿es un mundo extraño quizá? ¿siempre se habrá sentido así, para ti también? Acabo de dar vuelta el calendario al mes de julio
(hay cosas simples en las que demoro). Pienso que el 1 fue tu cumpleaños y que el 27 es el día de la llegada humana a la luna, que el 16 es la fiesta de la Tirana y el día de festejo de la virgen del Carmen, no soy para nada católica, todo lo contario, pero me gustan los días en los que la gente celebra toda junta algo y me gusta pensar que ese día se llama como tú, te imagino como un holograma en el norte con la sal pegada al cuerpo y el sol, libre y de tierra.
Julio es un mes que me hace pensarte, invocarte, imaginarte y encontrarte en pequeños guiños o espacios del tiempo. Septiembre también y lo mismo con noviembre. Me cuesta escribirte y por eso doy vueltas. Con los años aprendí que nuestro lenguaje es silencioso y tiene que ver con los huesos, los dientes, la sonrisa, los sueños de la noche y las estrellas. Aprendí a conocerte desde dentro, a sentirte en mi sangre y a la vez dejarte ir libre. Es un proceso largo y difícil, creo que me hará compañía toda la vida, pero cada vez que tomo tu magia más que tu muerte algo en ti y en mi se hace más ancho. No sé dónde estás, pero intento imaginarte infinita, como si cada vez te esparcieras por más lugares. Llevo la muerte conmigo y a veces tiene forma de flores naranjas, a veces es ver caer pájaros desde los árboles y poder ser testigo en ese segundo en el que caen, y a veces, por suerte la mayoría de las veces, una manera hermosa de sentirme viva. Tu desaparición es algo que hace eco, como si se replicara cada vez que no logramos hacerte aparecer, no quiero contarte de eso, seguro ya sabes. Lo que quiero decir es que te siento en movimiento vivo, en imágenes que se desplazan por las raíces y el espacio, por el cuerpo de nuestra familia que a pesar de todo siguió siendo luminosa, como las luciérnagas y las noctilucas que brillan en la noche. Hoy personas desconocidas te recuerdan en las calles, en películas, en nombres de estaciones de metro, cada vez sales más al sol y las personas te buscan y te conocen, tienes vida propia.
Tengo una hermana muy hermosa y hay días en los que se parece mucho a tus fotos. Las primas en Suecia también. Seguro viene de mi abuela y las Cifuentes.
Tengo muchos libros pendientes, hay días en los que estoy triste por la vida, otros días que me cuesta mucho estar presente, hay otros días que me siento explosivamente conmovida por cosas bellas que parecen en este mundo que parece rajarse todo el tiempo. Hay días en lo que amo y todo se mezcla por fuera y dentro de las cosas.
Te imagino y algo de tu presencia y tu huella me acompaña en las decisiones y el arrojo. Hoy volví a leer frases de un cadáver exquisito que hicimos con amiges acá.
Hay una frase simple que me gustó mucho: Tenemos nuestras luces y barcos soñando. Pienso que seguro, sin saber por qué, también te gustaría.
Te mando un abrazo desde dentro del invierno y mi corazón que te tiene presente siempre, uno caluroso e infinito como tú.
ANITA MARÍA PARA TI:
Yo soy Sonia, y Ana María era nuestra hermana menor, soy cuatro años mayor. Cuando se nos pidió escribir recuerdos o situaciones con “la Negra” (así la llamábamos), se me vino a la cabeza el día de su nacimiento, el 14 de agosto de 1948. Mis papás me dijeron que la cigüeña traería una hermanita o hermanito. Me acuerdo de estar en la vereda y miraba el cielo para ver llegar a la cigüeña. De pronto salió mi papá a buscarnos para que conociéramos a nuestra hermanita. Era negrita y me pareció un sapo, la encontré fea. Esa cosita fea para mí, fue creciendo y se convirtió en una hermosa niña y después en una linda mujer, no solo linda por fuera, sino que también en su interior. Era bastante complicada y como era la menor, muy consentida. Hasta grandecita le gustaron las muñecas y hacerles vestidos. La recuerdo cuando niña en cama, porque siempre tenía algo, mi papá decía que hasta el dolor de muelas se le pegaba. Para el terremoto en Valdivia, para variar estaba en cama rodeada de sus muñecas. Fue creciendo y se hizo mujer. Ana María era muy franca, muy generosa y siempre una amiga excepcional, se podía contar con ella y no defraudaría. Tenía un humor muy especial, muy simpática cuando quería. Era una persona que no pasaba desapercibida, alta, morena pálida, muy atractiva. No era bueno salir con ella, pues nadie la miraba a uno, sólo a ella. Estudió teatro en la Universidad de Chile y tuve el gusto de verla actuar en el Municipal en la obra “Sopa de Pollo” (su examen de actuación). Quedé maravillada, no conocía a mi hermana como actriz, pero cuando quedé más impactada fue en la obra Antígona, ella interpretaba a Antígona. Esta tragedia griega fue tan bien actuada por una actriz tan brillante y tan joven. El día de la obra me sentí orgullosa de ella por su impecable actuación, por la ovación del público y sus comentarios. Fue una mamá amorosa, preocupada por sus hijos, pero desgraciadamente tuvo poco tiempo para estar con ellos debido a su temprana muerte. El último recuerdo que tengo de “la Negra” fue en Santiago. Viajamos allá pues mi mamá estaba hospitalizada. Mi papá y los cinco hermanos nos reunimos en un lugar llamado “El Faro”. A pesar de las circunstancias, nos reímos, conversamos y fue la última vez que estuvimos los cinco hermanos juntos. Aún la veo cuando se despidió, sin saber que era la última vez que la vería viva. Se alejó, estupenda, con su abrigo negro de cuero. Se llevó todo nuestro cariño y amor. Lo que me consuela es que murió junto al hombre que amaba.
Te quiero hermanita y siempre estarás con nosotros……
Besos al cielo para ti, siempre serás nuestra Negrita linda, recordándote infinitamente
Para Anita María Puga:
Hola mi negra linda, acá estoy en esta casa que no conociste pero igual está llena de todo lo tuyo, me encuentro arreglando una ropa y entre ella veo una chaqueta de Mario, esa que te gustaba ponerte, te veías regia, te ponías ropa mía, de mama, de Sonia, ropa grande, chica, de hombre para gordas para flacas y aun así se ajustaba a tu cuerpo, tengo una copa de vino tinto y me parece escucharte tocar la guitarra y brindar conmigo por cualquier cosa siempre está conmigo, te llevo a todas partes, llenas todos los espacios de nuestro hogar y de mi alma , tengo un picaflor que viene todos los días a verme con el siempre te mando un beso y mi cariño, se que el sabrá encontrarte. Me cuesta volcar en el papel todo lo que quiero por muy bella que sean las palabras no pueden expresar mis sentimientos, pata me está apurando así que dejo esto hasta aquí, besos para Alejandro. Mi amor mío y de Mario para ti, mi hermana querida.
De Nena
Besos al cielo para ti, siempre serás nuestra Negrita linda, recordándote infinitamente
TE AMAREMOS POR SIEMPRE
Y AHORA ME TOCA A MI
Me han pedido que escriba un recuerdo tuyo Anoushka Marie (como solía llamarte). ¿Un recuerdo tuyo?… ¡Qué difícil!, si tengo tantos y todos tan caros a mi corazón! Tarea difícil para una lengua rápida pero un escribir lento. Trataré de sintetizar alguna vivencia disfrutada por estas alegres comadres, no de Windsor, si no de Santiago y de Valdivia.
Recuerdo esa vez que recogimos a los perritos abandonados y la Susy, la perra viejita, terminó amamantándolos… ¡magia pura, la magia del Amor!
Y como esa vez que fuimos a comprar cocadas bajo un temporal de ésos. Llevábamos paraguas para las dos y con el viento se nos dio vuelta, jajaja, que manera de reírnos. Llegamos de vuelta empapadas, pero con nuestras deliciosas cocadas intactas.
Donde estés, Negrita querida, recibe mi Amor de aquí a la Eternidad.
(Un recuerdo de Ivy Vásquez Valenzuela, su cuñada)
Besos al cielo para ti, siempre serás nuestra Negrita linda, recordándote infinitamente
Para ti mi cuñi
Mirando una foto familiar de mi matrimonio, veo a una adolescente de 17 años, Anita María, hermana menor de Oscar pero más altas que sus hermanos, esbelta, elegante, hermosa de linda sonrisa encantadora, entretenida y llena de proyectos, compartí con ella bellos momentos junto a su familia, ella se quedó en Santiago y nosotros en Valdivia, después de unos cuantos años estando en Santiago con Oscar y mis dos hijos, mi suegro me invito a visitarla a su departamento, lo acompañamos , ahí estaba Anita con su pareja y sus hijos Rodrigo y Alvarito, nos recibió muy contenta, los niños compartieron con sus primos, Rodrigo saltaba feliz en su cama para llamar la atención, Alvarito apenas caminaba, lo tome en brazos para regalonearlo, un niño hermoso y muy tierno, nos despedimos prometernos volver a vernos pero eso nunca sucedió ya que ella junto a su pareja murieron en una emboscada militar.
Con muchos recuerdos de lo vivido junto a ti, con cariño Clari
Besos al cielo para ti, siempre serás nuestra Negrita linda, recordándote infinitamente
Es junio, época de invierno. Días fríos, a veces grises.
Cuentan nuestros abuelos y abuelas que en los años setentas, cuando fueron jóvenes, desde el mes de abril hasta septiembre llovía sin parar. Decían que el sonido de la lluvia era inolvidable: mirar como el agua caía, sentir el frío que se colaba por todos los espacios de las casas, era una sensación que ha sido imborrable durante toda la vida: los inviernos y la lluvia.
En unos días más, un 10 de julio de hace cuarenta y siete años atrás y cubriéndote con tu Montgomery rojo de tipo escocés, por el frío, regresaste de tu trabajo a tu hogar en la comuna de Ñuñoa. Allí esperabas con un ansiedad encontrar a tu amor, tu compañero Edwin. Al almuerzo, momento en que ambos compartirían en el centro de Santiago, él no había llegado al lugar; y como eran tiempos de oscuridad y peligrosos, sentiste en tu corazón, cabeza y espíritu que estaba ocurriendo algo catastrófico. Tenías toda la razón! Pudiste no volver a tu hogar frente a esa alarma del no encuentro con él. Sin embargo, fuiste porque a veces el amor es más fuerte que todo. Con mucha racionalidad y, temor, al llegar a la casa y constatar que Edwin no había vuelto, intuiste y asumiste que era eso: el momento del final, de la tragedia. Dejaste tu cartera, tomaste tu tejido y cuando Ruth, tu maravillosa suegra abría la puerta y preguntaban por ti…no dudaste! Caminaste rápido, incluso con palillos en la mano, para encontrar a aquel amigo, casi niño que preguntaba por ti. Lo viste y lo abrazaste. El mostrabas los signos de la tortura. Estaba frente a ti y con tu profunda sensibilidad, seguiste en un andar pleno de compasión que sólo pueden entender quienes hayan vivido esos momentos y situación. Los subieron a una camioneta C10, aquellas que eran conocidas como las que trasladaban a las personas al infierno y a la muerte. Todo eso lo sabías, tía, con tus escasos 20 años. Percibías que el ingreso obligado y dramático marcaba el inicio en el tránsito entre lo que te quedaba de vida y la muerte que ya rondaba, dibujada en centros de tortura, hombres y mujeres entrenadas para provocar el sufrimiento a otros y otras de la manera más brutal; las vendas, los gritos de dolor. Tenías la fe y la certeza que ese camino que comenzabas a realizar te llevaría hacia Edwin. Dicen las personas que estaban como tú, que sobrevivieron, que se encontraron, en medio del olor a torturas, a la vulgaridad del lenguaje y trato de los criminales. Esa nube negra en medio de muchas personas en la misma situación que la tuya, tía amada, sabemos que pudiste hablar con él…entre vendas, golpeados, heridos y humillados. Testimonios dicen que se dijeron que se amaban hasta el final y que la vida no sería nada si faltara uno de ellos.
Nunca más los volvimos a ver. Su destino, como la de muchos amigos y amigas de Ñuñoa y otras partes de Chile desaparecieron. No hemos sabido de tu destino final tía adorada.
Desde ese momento, los inviernos fueron plenos de nostalgias y de tristeza.
He crecido con tu imagen desde siempre. El sonido de tu nombre me ha envuelto en una red de amor. Como no sentirte si hasta mi madre lleva tu nombre, Bárbara.
Desde pequeña tuve a mi lado fotos que mostraban tu belleza y juventud. Le sumo a esos registros lo que me relataban sobre ti. Que eras divertida, mal genio; apasionada, comprometida, revolucionaria, solidaria, sensible, feminista, leal y por sobre todo, joven. Dolorosamente joven para desaparecer en las manos de un estado terrorista.
Al igual que tú, lloro frente a las enormes desigualdades e inequidades que aún existen. Eso sigue siendo violento y me sublevo. Pienso que tu lucha y las de antes de tu existencia provocaron tantas rebeliones para combatirlas.
Me pregunto si podrías soportar con tu frágil corazón, esta violencia social, económica, cultural y ecológica que vivimos?
De ti aprendí que hay que transformarse en una guerrera y una buena navegante para emprender viajes buscando los sueños.
Eres mi tía abuela. Así dicen los grados ancestrales. Pero te siento y te hablo sin jerarquías, porque seguiste siendo la joven rebelde, como lo soy yo en la actualidad.
Mi tía Paulina dice que si tu imagen-ausente “se disolviera, nosotros no ya sabríamos vivir sin ella” y, nuestro amor estaría incompleto.
Con mi madre he aprendido mucho de la danza del sol, que es una ceremonia muy antigua para rezar y orar, cuyo origen conocido proviene de los lakotas, del norte de América. En esa danza te apareces tú…una y mil veces.
Todas en nuestra familia somos viajeras, y cuando desde niña dijiste que querías un mundo mejor, emprendiste un viaje que perseguía una utopía. No le temiste a nada, ni siquiera a los monstruos, que como dice el maravilloso poema “Ítaca” porque tenías un alma “selecta” en que “la emoción que toca tu espíritu y tu cuerpo…no encontrarás a esos monstruos”, “…pide que el camino sea largo..”. Es un recorrido, un sendero, que materialmente no lo hiciste, pero en 20 años dejaste una huella y tu energía se impregnó tanto en nosotras, que sigues encendiendo los soles de la vida.
Por eso, en este clan de mujeres seguimos a tu corazón viajero y, queremos que en este viaje nos permitas descubrir aquello que sembraste en las comunidades que te vinculaste, sin apresurar el viaje, como recorrido de la vida. El amar apasionadamente, respetar a todos y todas; comprometerse para erradicar la pobreza, la exclusión y contra todas las injusticias; rebelarse frente a la violencia de género.
Te vi entremedio de tantos y tantas en la plaza Dignidad, junto a mí, porque no falté ni un día, tía querida tía: estábamos allí marchando y bailando, con capuchas rojo y negro soñando con derribar los diques de contención de la infelicidad; te vi en las intervenciones de Las tesis, junto a miles de mujeres gritando la infinita rabia y las humillaciones por las que hemos sido sometidas y que se tú, a mi lado, vibraste de emoción. Te vi, llorando y maldiciendo la monstruosidad de un estado de nuevo del terror, que arrebató la visión a tantas personas.
Por eso, aún te seguimos y tú nos acompañas. Continuamos buscándote, sin cansancio porque cuando creemos que te alcanzamos…esa línea del horizonte se corre más y más…entonces nos decimos: aún, no hemos llegado a la meta, continuemos.
Soy la tercera generación y no me canso.
Sin ti querida mía, me faltaría el aire.
Mi existencia no estaría completa porque te has adherido tan fuerte a mi piel, a mi espíritu y consciencia que no ya no puedo disociar lo tuyo de mi propio ser.
Antonia Ziede Vergara, 22 años, estudiante de Trabajo Social,
Hija de Bárbara Vergara y Eduardo Ziede,
Nieta de Fernando Vergara, ejecutado político y Eduardo Ziede detenido desaparecido
4ta generación de libaneses en exilio
Hola Cecilia:
Tengo muchas maneras de empezar a dialogar contigo, pero creo la más adecuada es recordarnos que hoy es el cumpleaños de Juan Carlos, 7 de julio 2021.
Cecilia, te conocí muy poco, solo dos años, lo suficiente para acordarme cuando te conocí en el año 1971. Era la UP. Éramos muy jóvenes, yo vivía con mi hermano Juan Carlos y Marina, una amiga de pequeñas. Tú la conociste y te cuento que ella partió a los 59 años, hace 16 años.
Como debo ser breve en esta carta, mencionaré dos hechos que me parecen imborrables.
1) Me da mucha risa acordarme; divisamos por la ventana que venía una ex de Juan Carlos y tuvimos que esconderlo en el closet. “¿Está tu hermano?” “Nooo, no llegó anoche y hace dos días que no viene adormir”. Salimos de esa situación, Juan Carlos salió del closet y se fue. En la tarde llegó contigo sin saber que tú eras la futura señora.
2) Pasó el tiempo. Un día en la mañana en su pieza, estábamos conversando, o me llamó (no recuerdo bien) y para nuestra sorpresa nos avisa que se casaba. Mi reacción fue “pero tú estás loco, con qué te vas a casar, eres un simple estudiante, no tienes pega, eres loco-loco”. Y yo ingenuamente le pregunté “¿y con quién?” “Con la Cecilia” “¿Y qué Cecilia” “¡Aahh! Pero no te acuerdas, si vine con ella al departamento “. Y ahí me cayó la chaucha que eras tú. Cecilia, desde ese momento han pasado 50 años.
Y, por último, te recuerdo y agradezco que tu hija tiene 48 años, vive en España y me ha dado dos sobrinos nietos. Yo he sido su abuela materna. Tu hija Valentina es muy inteligente, muy feliz, tiene una bonita familia. Puedes estar muy tranquila. Además, tu mamá está con nosotros aún, con sus 96 años.
Hoy, 7 de julio 2021, me llamó tu hija de España y me dijo que no olvida a su padre. Le conté que te escribiría una carta.
Creo que es suficiente por ahora y dar paso a otras cartas.
Te recuerdo tan joven; solo de 23 años partiste de nuestras vidas.
Con el recuerdo y un sueño de vida truncada, me despido de ti.
Yoya, tu cuñada.
Querida Cristina, me he sentado frente a esta página a escribirte esta carta, quedé muda horas, tu recuerdo volvió a pasar por mi corazón, es tan sentida tu presencia. Quiero contarte que por años no podía nombrarte sin llorar, sin que el jilguero se me instalara en la garganta, aprendí a tomar distancia para hablarte y no quebrarme.
Es que fuiste una alegría, enarbolando tu sonrisa de porfiada esperanza, mis primos y yo siempre sentimos la protección de tus afectos, la ternura de tus gestos. No alcanzamos a decirte, pero nos coloreaste la niñez, nos dejaste esa memoria en la que me he refugiado cuando los tiempos se han puesto duros, ahí he corrido más de alguna vez, tal como lo hacia para buscar tu complicidad en alguna de nuestras travesuras.
Te cuento que la uva del parrón siguió madurando a pesar de las penas de la abuela, a pesar del asesinato del abuelo Alfonso, tu desaparición y la desaparición de mi papá. El dolor de la dictadura nos nubló por momentos, pero no lograron quitarnos el derecho a ser felices, en eso vencimos. El damasco que plantó el abuelo para celebrar el triunfo de Allende siguió floreciendo.
Hoy la casa de Rosemblutt 4868 sigue repleta de niños y sobre todo niñas, tuve hijos, mi Paloma, Feña y Marcelito saben de ti, te conocen, nos llenamos de sobrinos, Pablo, Pamela, Andrea, Marcelita y Titi a quienes no alcanzaste a conocer, todos tus sobrinos formamos familia y ahí tu presencia palpita con fuerza. Cristina, habitas en esta familia que se siguió multiplicando, vives en todos nosotros, acompañas nuestro trayecto y el amor está intacto.
Cuando crecí y fui indagando más en tu historia, a la tía de los regalos sorpresa se le sumó la Cristina militante, la mujer que portaba una buena causa., la que soñaba un país sin niños pobres. Supimos de tu marcha contra la guerra de Vietnam desde Valparaíso a Santiago, de tus trabajos voluntarios, tus anhelos y de tu consciencia social, cuando creía que ya no podía admirarte más supe también de la manera en que enfrentaste el inferno en el Olimpo, ese lugar espantoso creado por la dictadura argentina para exterminar a sus opositores, ese horror en el que te sumergieron y al que te llevó la Operación Cóndor, esa coordinación siniestra entre dictaduras que traficaba vidas humanas, intercambiando prisioneros entre Pinochet y Videla, entre las demás dictaduras latinoamericanas. Supe entonces que ni en ese espanto perdiste la sonrisa, que preferiste extraviarte antes de entregar a alguno de tus amigos o compañeras, que en quienes sobrevivieron dejaste el recuerdo de una inmensa humanidad habitando tu pequeña estatura.
Sabes Cristina, Chile sigue batallando, nos heredaron un país injusto, pero lo estamos cambiando, tu rostro aparece en pancartas, tu sonrisa dibuja los mismos anhelos y estamos avanzando, por primera vez escribiremos una constitución ciudadana, paritaria, con la voz de los pueblos originarios resonando, cuánta satisfacción te daría ver esto, pero estas aquí, te siento.
Ojalá leas esta carta, la sientas, ojalá llegue mi pensamiento hacia ti, te quiero, te queremos, gracias por tanto amor y por enseñarnos que la dureza no es rigor, que la ternura es un fuerte poder.
Lilia Concha Carreño, sobrina de Cristina Carreño Araya. Detenida y desaparecida bajo la Operación Cóndor en 1976, Buenos Aires, Argentina.
Vamos a hacer como si estuvieras durmiendo, o en una cama de hospital en coma, sin saber si despertarás, y si es así, ¿cuándo?
Tu ausencia se ha convertido en algo pétreo. La vida y nuestra vida ha cambiado. Nuestros papá y mamá han muerto. De tus hermanas estamos aún las tres. Tienes 5 sobrinos y 6 sobrinos nietos. A veces escudriñamos a nuestros sobrinos, hijos, o nietos, tratando de encontrar en ellos algo de tu carácter, o un gesto, o el color de tu piel. Miro el pelo de mi hijo, que se lo ha dejado largo y reconozco tu pelo castaño con visos claros y ondulado. La nariz, no, la tuya era inédita, con una leve montura que tú odiabas, siempre contabas que era el resultado de una caída de una ventana sobre un cactus, versión que a todos nos parecía sumamente curiosa. Si pudiera describirte, diría que eres la energía misma. Y tienes una característica que seguro sacaste a mi mamá, el “don de gentes”. Le caes bien a todos, chicos, grandes, viejos, tías gruñonas, profesores, mamás de amigas, hermanos de amigas, papás de amigas, (aunque sean prefectos de investigaciones), hombres en general, etc. Aún ahora encuentro gente que me dice, que linda y simpática era. Una ex compañera del colegio, me contó que nunca olvidará que estaban preparando todo para una fiesta de recolección de fondos, y de repente se dan cuenta que no había mayonesa, Tú dices, pero si no me cuesta nada hacerla. E impulsada de una energía sobrenatural, tomaste una fuente 3 yemas y 2 tenedores para batir, y empezaste, todos te miraban porque la mayonesa subía como un experimento químico, y tú, parecías un mono animado. ¿Recuerdas el molde de aluminio con fondo removible en el que hacías tu famoso pie de limón? Bueno, luego de heredarlo de mi mamá y usarlo durante años, incluso me lo llevé al exilio, se lo regalé a Alejandra, tu sobrina, para que siga la tradición y rehaga ese famoso pie.
Cuando estabas en la universidad, en Trabajo social, fuiste junto con tu curso a Bolivia. Llegaste muy muy bronceada, y trajiste muchos recuerdos, entre ellos una blusa típica de una tela blanca, bordada y con redes en las mangas. Te la pusiste un sábado, te hiciste trenzas con lanas de colores, y saliste al centro. Jacqueline, Temuco principios de los 70, provinciano en todo su esplendor. Y tú, súper orgullosa, con tus piernas bronceadas y esta mini. Mi papá que estaba tomando un café en una confitería, te vio, y salió hecho un celaje. Te agarró de una oreja. “Jacqueline, cómo puedes andar así, ándate para la casa y ponte algo” Pero papá, qué tiene? Si es lo que se ponen las cholitas bolivianas. ¡¡¡Si, claro, pero con falda !!! Te encanta escandalizar, y ese desparpajo, que tienes, es tan gracioso. Cuando paso por tu antigua universidad en Temuco, y veo a la salida un especie de pequeña rotonda te recuerdo girando como loca mientras aprendías a manejar en nuestra citroneta verde. Cada vez que nos reunimos con mis hermanas aparecen nuevas historias dónde tú eras la protagonista
Cuántas veces hemos imaginado que tuviste la guagüita que esperabas, y que estaría en algún rincón de Chile y que un día nos cruzaríamos con ella y la reconoceríamos instintivamente. Pero no, leímos en el expediente que la habías perdido mientras estabas en alguno de esos terribles lugares. Pasaban las fiestas, y cada vez me decía, para Pascua va a estar aquí. O para mi cumpleaños.
Quisieron casarse con Marcelo lo más rápido posible, la situación era ya gravísima ese agosto del 74. Se consiguieron hora en el registro civil a las 8 de la mañana. Y volvieron casados. Decidiste hacer una pequeña fiesta en la tarde. Y fue la última fiesta que hiciste, hicimos, antes del día fatídico.
Jacqueline, nuestra linda hermana ¿Sabías que tu luz trasciende aún?
Michele – Nicole – Viviane
Jacqueline, tú eras para mí como un ídolo y me gustaría que leyeras esta pequeña cartita que te escribo, así como tú me enviaste una desde tu lugar de veraneo cuando yo tenía 7 años, la cual me sorprendió mucho ya que yo me sentía chica y sin valor, pero me gustó mucho y quisiera conocerte ahora de tu edad actual ya que me quede con tu imagen de 24 años los que tenías cuando te arrebataron injustamente dejándonos destrozados hasta hoy, creo que seriamos buenas amigas las dos, y te habrían gustado mucho mis hijos estoy segura de eso, como a mí también me habría sido espectacular conocer a tu hijito que no pudo nacer, por las mismas razones anteriores, así para cuando nacieran mis hijos habría tenido esa experiencia ya de conocer alguna guagua y esa es la tuya ,el recuerdo latente es que feliz me sentía cuando venias a Temuco desde Stgo te esperaba en la mañana que llegaras con mucha ganas de verte y me sentía tu regalona, ese olor de Santiago una mezcla de polución y gas de cañerías son distintivos para mí de tu casa del Estadio nacional respirar ese aire desde tu ventana de arriba y ver los techos de las casas y muchos autos me fascinaba y tengo muy clara la sensación y cuando voy Santiago nunca dejo de acordarme y verte en esa ventana, y la paciencia que me tenías de llevarme a tomar once con tus amigas después de tanto insistir, y la frase que nunca faltaba ” pórtate bien no me dejes mal y por favor no te robes las cucharitas” bueno lo malo que no recuerdo tu voz, eso me da tristeza. Aquí es cuando se dice la frase “como me gustaría volver el tiempo atrás” aunque sea cliché sabemos que no se puede y uno cree poder cambiar los eventos, al menos tengo el sueño al pensar que sí, nada más solo que te extrañado mucho. Tu hermanita Viviane.
Carta para Lucía Orfilia Vergara Valenzuela
Maia Benado Galindo de Guzmán
“Realmente me hubiera gustado poder conocerte, te imagino como una persona fuerte, valiente y llena de ideales.
Me gustaría que pudieras llevarme al colegio o poder hablar contigo cada vez que me sienta triste o un poco perdida, en general, me gustaría poder convivir contigo
Una de mis metas para el futuro es poder hacer de Chile un país mejor, que es justamente por lo que luchaste, tu esfuerzo me ha inspirado mucho”.
1985
Yorka Salinas Aislamiento cama 1
Yorkita… niña mía espero estés un poquito mejor, trata de estar tranquilita, te mando lo que más necesitas si quieres algo más, pídelo estaré afuera esperando tu respuesta cuéntame cómo te has sentido, mándame contestación con cualquiera señorita que esté llevando paquetes.
Todos te queremos y deseamos estés mejor
Cariños Mamá.
Julio 2021
Amada y recordada Mamita: Leer tu carta una y mil veces me ha hecho sentir tu ternura, es un bálsamo para mi alma, me ha acompañado y reconfortado desde que estuve hospitalizada, de eso han pasado 36 años… Mamita gracias por cuidar de mí, en ese momento doloroso en el que mi útero de niña, no pudo albergar la vida que en él se gestaba.
Mami tienes 2 nietos; tu nieta Camila de 31 y Sebastián de 28 años, son mi orgullo y amor… Camila es técnico en enfermería, ella es un ser maravilloso, con vocación de servicio, luchona, excelente hija, hermana y madre de Daly, un niño hermoso que ha traído alegría a nuestras vidas, al igual que Trinidad tu bisnieta menor… es una risueña hermosa, con tus mismos ojos, hija de tu nieto Sebastián, el cual es profesor de educación física, excelente hijo, hermano, padre y buen ser humano, que tanto hace falta en estos tiempos.
Entre Camila y Sebastián, hubo otra pérdida, estaba en un país lejano y me hiciste mucha falta, esta vez y muchas más, cuando la vida no ha sido fácil, es ahí cuando más te recuerdo y sigo tu ejemplo, seguir adelante y luchar, crie a tus nietos en ese país lejano, donde con todo el amor que en mis cortos años recibí de ti, lo replique con ellos, estamos de vuelta en Chile hace algunos años, esto es lo que añore por largo tiempo…volver y estar cerca de los nuestros. Aquí la lucha sigue y hay que apoyar la resistencia.
De Myrna, Benita y Víctor, mis hermanos, te cuento que están bien, tampoco ha sido fácil para ellos, aunque han sabido salir adelante, también les has hecho mucha falta, por parte de ellos tienes 12 nietos, el mayor es Omar, luego esta Fernanda, Martin y Mariano de Myrna, Matías, Isidro, Elsa y Leandro por parte de Víctor, Valentina, Marcelo, Fernando y Evan que el más pequeñito son de la Beni… estarías feliz con todos ellos, disfrutando de sus risas, abrazando, bailando, cantando y entregando tu alegría y amor.
Ayer fue 1 de julio, como cada año nos reunimos como familia, estábamos casi todos, tus hijos, nietos, bisnietos, tus hermanos Jorge y Matilde, también estaban compañeros de la Cisterna, ellos son los que cada año, nos acompañan…La plaza El salitre que es donde nos reunimos, está cada día más linda, no sé si la conociste está a dos cuadras de Mamiña 150. Hay juegos para niños y Daly estaba feliz tirándose por el resbalin, a mi llegada me recibió con aplausos y risas, su alegría nos contagió a todos y por un momento…todo fue menos triste, él quería soplar las velas que estaban encendidas en el suelo, inocencia de niño, es aún muy pequeño para entender que los pacos a ustedes les quitaron la vida y a nosotros la dicha y alegría de compartir una vida juntos. Mami a 36 años, nadie paga por vuestros asesinatos, eso duele cada día, la impunidad y la falta de justicia en nuestro país. Pero eso no ha sido motivo para seguir saliendo a la calle exigiendo justicia por ustedes, saber la verdad, que reconozcan que fue un vil montaje y que paguen su culpa los asesinos.
Mamita bella, eres mi heroína, mi ejemplo, mi fuerza y el gran amor de mi vida… seguiré luchando, por ti, por mi hermano, por tu hermana, por los mutilados de sus ojos, los asesinados, los presos por luchar, el Pueblo Nación Mapuche, los niños, los abuelos, los necesitados, las mujeres… por mi pueblo que ha sufrido tanta injusticia y dolor durante tantos años.
Se me ha dado la misión de hacer memoria con esta carta, para que más personas sepan tu historia, te conozcan y nunca más en Chile se vuelvan a cometer estos graves delitos.
Te amo y extraño con todo mí ser…Que hermoso hubiera sido tenerte aun en mi vida.
Tu niña Yorka.
Londres y Santiago, Julio 2021
Querida Ceci:
Miles de veces te debo haber escrito una carta porque muchas más veces me dijeron que nos parecíamos tanto, que nosotras compartimos sueños, ideas y nuestra manera de ver el mundo. Dicen que somos curiosas, nos preguntamos todo, nos quedamos frecuentemente con pocas respuestas, nos importa el mundo y nos quedan chicos los espacios cuando se encoge la diversidad. Seguro que te reirías al leer esto y dirías que te suena conocido.
Siempre te quise contar tantas cosas y con los años las historias se iban sumando y ahora no hay carta ni papel suficiente para contarlas todas. Te quería contar de los años que viví en Estados Unidos, de los inviernos en Bethesda iguales de largo que los inviernos que pasaste tú ahí, de la nieve que no paraba nunca, del señor de los helados que llegaba tocando la misma campanita desafinada que tocaba seguramente cuando llegaba a tu casa, de las misas en St. Bartholomew’s que quizás eran tan eternas como cuando tú también ibas a esa misa. Te quería contar de mis años en Catholic University y de mis profes y clases porque pensé que tal vez nos habíamos repetido una clase o de seguro una sala.
No sólo estás en mi memoria, eres mi tía y te quiero tanto. Continuamente reconozco la influencia de tu historia en mis convicciones, en mis decisiones de vida, en la forma en que construyo vínculos y relaciones. Con los años he aprendido a darte a conocer como lo mereces. Antes con rabia, con frases cargadas del resentimiento que se anidó en mí al ver a las personas que amo y te aman, llorar miles de veces. Verles luchar a su manera pero incansablemente, construyendo vidas incompletas, algunas más felices que otras, pero siempre sobreviviendo contínuamente el dolor de la pérdida incierta. Cada quien inventando sus ritos de despedida a lo largo de los años. Estoy segura de que sabes que has tenido miles de funerales individuales, íntimos y significativos.
Pero mientras yo me quedé con las ganas de esas conversaciones entre tía y sobrina, mi madre se encargó implacablemente de alimentar tu memoria. Ella nunca ha dejado de hablar de ti, no le faltan salas, personas, momentos, libros, o historias para recordarte. Lo único que le falta es la verdad para terminar el cuento. A ella no se le olvida ningún detalle, desde el amor compartido entre ustedes por los libros hasta los veranos en San Sebastián, los días calurosos de las vacaciones y las olas bravas del mar que casi les pasa una mala jugada. Buscar justicia por tu desaparición y la de Willy y exigir la verdad sin ninguna excepción ha sido la pelea más grande de mi madre. Ella simplemente te admiraba y me lo ha dicho cientos de veces. Tu fuiste su compás que hasta el día de hoy aún la guía. Mi madre se encargó de que tu memoria y tu espíritu de mujer fuerte con convicciones plenas fueran mucho más que un lindo recuerdo y sean parte de un presente que no olvida, que es porfiado como solo nosotras sabemos serlo.
Cuando era pequeña, tenía un sueño recurrente: estaba en mi casa, sonaba el teléfono y eras tú. Llamabas para volver a entrar en contacto con la familia, después de haber estado
escondida por la muerte durante años. Yo no podía creer la suerte que tenía de ser la primera en hablar contigo. Te imaginaba al otro lado de la línea, joven, sonriente y con un pañuelo playero en la cabeza como tu foto que más me gusta. La alegría era infinita, pensaba en la emoción de mi madre al contarle la noticia, en el asado que haríamos para recibirte, en las historias increíbles que tendrías para contar. Y la frustración al despertarme y entender que el sueño era imposible, era igual de enorme.
Lo que sí recuerdo es que has estado en mi vida desde siempre, en mi ADN, en mi memoria genética. Me confundo al contarle a la gente cuántos tíos y tías tengo. Tengo 5 y lo sé en mi corazón, pero no quiero compartir tu historia con todo el mundo, por eso a veces digo 4. Me
avergüenzo un poco en esos momentos de traición breve en que tengo que decidir el número. Después me tranquilizo pensando que tendré la oportunidad más adelante de darte a conocer como lo mereces.
Hoy, darte a conocer como mereces es menos resentido. Es transmitir mi admiración por tu valentía. Es reconocer la influencia de tu idealismo en mí y en miles de otras personas, de tu convicción de lucha y del amor que ponías en tu forma de cuidar del mundo y de las personas que te rodeaban. Mi mamá habla de ti con tanto amor que me pica el cuerpo por abrazarte, ver tu cara dulce y sonriente y sostener esas conversas largas y sin tiempo que tengo la suerte de tener con alguien más. Trato de hablar de ti con el mismo amor, que ella me ha transmitido indefectiblemente y me habita en lo profundo. Eso es para mí darte a conocer como lo mereces. Hay quienes lo entienden y se conmueven, hay quienes se incomodan y se alejan de esa parte de mi vida. Quienes me acompañan en el amor y el dolor son mis favoritos y las personas que adoro. Gracias a ti he aprendido a reconocer a quien vale la pena tener cerca.
En mi sueño llegabas como una heroína mágica, como un personaje de película de esos que la audiencia adora y recuerda. Sé que hoy serías ese personaje. Sé que habrías construido una vida de reflexión crítica, de trabajo incansable por un mundo más justo, de cariño y cuidado infatigables. Siento que he recibido de mis tíos y tías tanto de ese cariño y cuidado que me conmueve pensar que estás actuando a través de ellos desde algún lugar inesperado. Sé que los inspiras ahora, los inspiraste en tu vida y en tu muerte.
Gracias por cuidarme todos estos años, también a través también de mi mamá que aprendió de tí la maternidad que alcanzaste a practicar con ella como hermana mayor. Gracias por el legado de lucha y búsqueda de un país justo para quienes siguen esperando una vida más feliz, sana y tranquila. Te aseguro que cada vez que puedo, sigo tratando de darte a conocer como lo mereces.
Catalina Reyes y Magdalena López,
sobrinas de María Cecilia Magnet
Carta para Mary
En la tumba del neoliberalismo me pregunto cual habrá sido el día de tu muerte, cuántas noches habrás visto pasar. No te conozco personalmente, pero llevo tu nombre como mío en alto y con orgullo. Puedo verte en el fuego de las barricadas, y en mis compañeros esperanzados en la misma lucha que diste tú; en las noches teñidas de rojo y en el arte de mi pueblo, estas en todas partes, siempre viva. Espero que tu alma descanse, y puedas presenciar, donde quiera que estés, la liberación del pueblo que fue la luz de tus ojos.
Con mucho cariño,
María Cristina.
(María Cristina Alarcón Antezana, 15 años, sobrina nieta de María Cristina López Stewart)
Querida Mamá:
Ya han pasado 48 años desde el día que te llevaron de mi lado, yo tenía dos años. Fue un 18 de diciembre de 1973, a mi papá ya lo habían matado y nosotras deambulábamos de casa en casa buscando refugio, a un hecho que ya era inminente. Desde ese día fatídico nunca más regresaste, y es desde ahí que quiero contarte cómo transcurrió mi vida. Al poco tiempo de que te detuvieran yo también fui arrancada del lado de mi abuela, ella me llevo a casa de tu “amiga” para que me cuidara, mientras ella te buscaba, y con el paso del tiempo terminé en casa de otra familia que finalmente se quedó conmigo, hay cosas que no sé cómo pasaron, y que los protagonistas de esto, jamás tendrán el valor de contarme la verdad, pero es así yo crecí olvidándote, porque ese día que te arrancaron de mi lado yo también desaparecí… dicen que por un tiempo lloraba todos los días y preguntaba por ti… -ya va a regresar- me decían, te extrañaba tanto que deje de comer y enferme. Y así paso el tiempo y olvidé. cuando fui creciendo sentía que estaba en un lugar donde yo no pertenecía, lloraba todas las noches y no sabía por qué, me sentía sola, sabía que no bastaba con esta familia que me tenía, había algo más, pero no sabía que era. Y así fue como un día empezaron mis dudas a hacerse realidad, encontré una foto matrimonial donde estaban esos seres que decían ser mis padres, pero la fecha de su matrimonio no coincidía con el año de mi nacimiento, habría yo acaso nacido fuera del matrimonio? No entendía lo que pasaba y los enfrente, no dijeron nada, pero entendí que guardaban un secreto y que toda esa familia lo sabía menos yo, pero nadie me quiso decir nada… muchas preguntas venían a mi mente, sentía más soledad y un dolor que no podía entender… Fue así como un día de octubre de 1996 la verdad fue arrojada de manera despiadada frente a mi, por primera vez vi tu foto, somos iguales pensé, por fin encontré a alguien que se parezca a mi. Ellos no eran mis padres verdaderos, era adoptada, todo empezaba a tener sentido pero también sentía mucho dolor.. mis verdaderos padres habían sido víctimas del horror de la dictadura. Y tu mamá.. tú estabas desaparecida.. empezó la búsqueda de mi identidad, en un país que no estaba preparado para ayudar a una persona como yo . Eres como los casos de los nietos argentinos me decían.. pero nadie entendía en el fondo lo que estaba transitando… mi vida cambió mamá, tenía rabia, impotencia, dolor, me sentía vulnerable.
Al pasar los días, meses y años fui reconstruyendo mi identidad, conocí a mi abuela, a mi abuelo a mis tíos, primos, tenía mucha familia, cambie a papá al memorial, justo ese año mamá esperaba a mi hijo, tu nieto mamá, el que no podrás conocer, es un joven lindo, inteligente, y sabes que me ama tanto, que con el aprendí a conocer el amor incondicional, ese amor que se que tu me diste pero por más que intento no lo puedo recordar. . solo lo siento.
Mamá estoy llena de recuerdos prestados, tus amigos y familia me contaron tantas cosas de ti, siento que te conozco, pero envidio a los que cierran los ojos y pueden ver tu cara, yo por más que me esfuerzo no puedo. Tengo tu foto siempre conmigo y donde voy vas tú también, quiero decirte que esto no ha sido fácil, siento tu pérdida desde siempre, no hay un día que no sienta la falta que me haz hecho en mi vida. Te quiero mucho mamá, y seguiré luchando hasta el día que me muera por poder encontrar algo de ti y poder hacer este rito que hace tanta falta y poder llevarte una flor, ya no quiero seguir tirando flores al mar, ríos o cerros. Sabes mamá hace algunos años me tocó estar en tribunales con los genocidas que te torturaron e hicieron desaparecer, no estaba preparada para ese momento, pero camine frente a ellos y como soy tan parecida a ti, supe después de lo impactados que estaban de verme, en ese momento eras tú a través de mi que caminabas frente a ellos, todos bajaban la mirada. Finalmente las penas fueron tan bajas que a los tres años ya circulaban por las calles, un día me encontré a uno en el metro, me acerque y le grité que era un genocida y lo hice bajarse del carro que iba. No fue mucho, pero la impotencia de tanta impunidad me embargaba. Ya no quería estar más acá. Necesita hacer un cambio y salir de este país.
Fue así como un día tomé la decisión de irme, y ver si estando lejos podría de alguna manera cerrar capítulos de mi vida y me vine a vivir a Buenos Aires, acá empecé a ir todos los jueves a acompañar a las madres de mayo en la ronda que hacen exigiendo verdad y justicia por sus hijos, padres, hermanos, esposos. Acá logré encontrar un lugar, acá encontré a otros como yo, que compartieron sus historias y me sentí con pertenencia por fin. Y acá estoy empezando de cero, no ha sido fácil, pero sé que forjaré mi camino. Te quiero mucho mamá y estoy orgullosa de tu lucha, de tu valor y fortaleza y se que algún día nos volveremos a reunir y veré tu cara…y nos daremos ese abrazo que llevo esperando toda mi vida.
Tu hija Tamara Isabel.
Lisboa, 22 de junio de 2021
Las cosas que hacemos en tu ausencia
Querida Marisa,
Hoy comienzo a escribir esta carta y es el día de tu cumpleaños, el número 65. Una carta que existe hace mucho tiempo y que hoy se materializa. De los 65 años -46 arrojados a la imaginación-, de los otros 19 años recojo los trazos de aquello que en su fuerza persiste en existir. La postmemoria, imbuida de ficción, historias y encuentros imaginados.
Las baldosas rojas en el patio ñuñoíno: 3 niñas en una foto en blanco y negro, y yo te veo a ti también; porque para mí, siempre fueron 4. Sin saberlo tal vez, transitaste a otros álbumes familiares, en ellos, siempre un espacio para ti. De ti aprendí lo que la ausencia no existe sin la presencia.
Te encuentro entre los tomos. Busco tu nombre en la lista, en la porosa piedra, desearía no encontrarlo, pero te nombro y existes. Así como hay cosas que no se nombran, pero que nos acompañan toda la vida.
Ella graba voces, un tono dulce y quebrado para hablar de ti. Y así te conozco yo, por la lengua materna. ¿Acaso hay otra forma de nombrarte?
Ella planta buganvilias en tu nombre, mientras sus ramas trepan en el muro de ladrillo.
Ella está parada en el anfiteatro, más de 30 años después carga con tu diploma universitario en Economía. Ella corre maratones cargando tu rostro difuminado, su hijo también la acompaña y la anima a continuar. Tu rostro habita nuevos cuerpos. Tu memoria tiene cuerpo, nos das un cuerpo y le das cuerpo a la memoria.
Escolares pintan un mural con tu rostro en azul en tu liceo, que ya no es el mismo de antes, y nos damos cuenta de que una escuela es más que un lugar. Porque habitas otros lugares que jamás imaginaste, tal como habitas esta página.
Montados en buses recorremos la ciudad y cartografiamos tu memoria. Y siempre volvemos a ti entre Crescente Errázuriz y República de Israel.
Todas estas cosas te atraviesan y vuelven a nosotras.
Y yo, yo escribo cartas y echo de menos tu abrazo, mientras siento el calor que nos deja tu sonrisa. Porque no naciste del dolor, naciste de la belleza.
Con amor,
Laura
¡Cuánto camino hemos debido recorrer juntas para que hoy tengamos la posibilidad de dialogar con toda serenidad! Tú desapareciste en diciembre de 1974 y yo nací en marzo de 1979. Nunca nos hemos cruzado y sin embargo me he convertido en tu mensajera.
Mientras estaba sanando mis tormentos, comprendí que me pedías que transmitiera tu más querido anhelo: de ser enterrada para que tu alma atormentada pudiera irse en paz. Para que la herida viva del trauma familiar se convirtiera en una cicatriz. Una cicatriz que permita reconstruirnos y reinventarnos, sin olvidar.
Te dimos sepultura el 23 de diciembre de 2019. Fue una ceremonia hermosa e inolvidable en la que papá y sus cinco hijos hicimos la paz. Ahí quedaron nuestras iras, nuestros malentendidos, nuestros sentimientos de culpa y las espinas de un pasado oscuro y trágico.
Ambas sabemos que tu entierro habría resultado imposible si la Vicaría, las asociaciones de desaparecidos, los ex presos y tu hijo Óscar no hubieran tenido la tenacidad de luchar contra el olvido y la injusticia. Hace falta coraje para contar las atrocidades cometidas por los verdugos del terror. Criminales que pensaron que haciendo desaparecer tu cuerpo, sus crímenes quedarían impunes. Pero ignoran que la memoria es sensorial y que los muertos hablan. Usaste el viento para hacer estremecer mi cuerpo, y un día te oí y te escuché.
Te agradezco Abuela, por haberme guiado en este camino, transmitido tu tenacidad y tu amor para impulsar mi lucha por la verdad y la justicia junto al mejor compañero de ruta que pueda haber, Óscar, tu querido hijo y mi papá querido.
Así que, Abuela y Papá, que vuestras almas permanezcan en paz y aunque la muerte nos separe, seguiré escuchando el viento para oír vuestras palabras que tanto bien me hacen. Hasta la vida siempre Abuela Julieta y papito Óscar.
Anaï Castro Heyman
Nunca nos conocimos, tenía 3 años cuando fuiste asesinada vilmente por la dictadura cívico militar, sin embargo lo siento como ayer cada vez que leo la prensa de esos años y escucho tu voz en la memoria de quienes te conocieron.
Tengo 40 años, madre de cuatro hijas y soy luchadora social, intentó ser militante pero cuesta, cuestan amigos y familia, ser vista como “Bicho Raro” en las nuevas poblaciones denominadas “Villas”, cuesta la exposición y el sacrificio de no estar siempre, pero llegar y verlas dormir me consuela y llena de razones para seguir adelante, qué mejor motivación que no heredar un sistema que nos margina, nos destruye y nos da miserias, sin derechos, igualdad ni libertad.
El tirano murió cómodo e impune, muchos años después de que fuiste explosionada en una torre de alta tensión en las comunas de Las Barrancas, el maldito murió luego de negociar acuerdos de silencios, vacíos de justicia donde los ganadores se robaron todo lo que pudieron, menos nuestra dignidad.
La sangre derramada en aquella explosión de injusticia salpicó a nuestros corazones, vitalizo nuestras ganas de seguir, recuperamos tu historia con razón y sentido, la tomamos de las garras del olvido y la trajimos a nuestra cotidianidad, tu memoria nos nutre y fortifica nuestras ganas de organizar y fortalece desde donde te quedaste, en el territorio en tu clase.
No estoy sola, somos un grupo de mujeres, activas, luchadoras y resistentes, que no aceptamos que ninguna esté olvidada.
Tú qué fuiste mujer, madre y militante que nos llenas de razones para no rendirnos, hasta vencer!
Siempre!.
Como me cuesta escribirte, me vienen tantos recuerdos, lo primero tu sonrisa, tu Humildad , tu amor hacia tus hijos, tu lucha constante contra la Dictadura. Loreto y acá seguimos luchando contra un sistema macabro en donde aún hay pobreza la cual durante 31 años de supuesta Democracia la siguieron disfrazando y escondiéndola, haciéndola llamar como clase media y todos endeudados para no pasar como lo que realmente somos la clase trabajadora.
Cuñada te cuento tienes dos nietos uno de Tito llamado Amarito quien tiene ya 18 años y el Nikolas que tiene 14 años, hijo del Claudito tu hijo menor. Loreto te cuento que se ha formado la Asamblea Constituyente, que se logró gracias a los estudiantes que alzaron la voz aquel 18 de octubre de 2019 y nos hicieron ver que durante 31 años supuestamente
en Democracia, los presidentes electos no han hecho nada por nadie, y eso hace tener dudas con respecto a esta Asamblea Constituyente, que no sea algo más de lo mismo en donde se han tomado acuerdos dentro de una cocina.
Querida Cuñada te quiero contar que un grupo de mujeres de la zona Sur formaron el Circulo María Loreto Castillo, le pusieron tu nombre en reconocimiento a todas las mujeres que lucharon en Dictadura y que han sido invisibilizadas en la historia y en este Patriarcado… recuerdo aquel día 18 de Mayo de 1984 en donde te tomaron, te torturaron para luego hacerte explotar, y no en el contexto de un enfrentamiento como lo hicieron ver la prensa de aquellos años. Querida cuñadita, fuiste una Combatiente y una Resistente que lucho contra la Dictadura, Nunca te olvidaré. HASTA LA VICTORIA SIEMPRE.
VIERNES 25 DE JUNIO 2021
QUERIDA TIA:
TE ESCRIBO ESTA PALABRAS PARA RECORDARTE A TRAVES DE LA PALABRA ESCRITA.
DEJO ASI TESTIMONIO EN MI MENTE LOS RECUERDOS Y HECHOS DE TU VIDA Y DE TU MUERTE.
SIEMPRE ESTAN LOS RECUERDOS EN TODAS NOSOTRAS, MI TIA NANA, MIS HERMANAS Y TAMBIEN FUE ASI CON MI MAMA.
TE CONTARE QUE ME INVITARON A PARTICIPAR EN ESTE ENCUENTRO DE RECUERDOS LINDOS, Y DOLOROSOS RECUERDOS, EN DONDE LAS PROTAGONISTAS SON MUJERES.
QUIEN PENSARIA HACER UN HOMENAJE A QUIENES YA NO ESTAN Y MAS AUN A ESTE GENERO, TAN POSTERGADO, MALTRATADO Y TAMBIEN OLVIDADO EN MUCHAS SOCIEDADES.
HAN PASADO MAS DE TRES DECADAS Y LOS HECHOS AHÍ ESTAN LATENTES.
RECUERDOS-DOLOR-ESPERANZA-VERDAD –JUSTICIA HAN PASADO POR NUESTRAS VIDAS.
ME REMONTO A SITUACIONES CONTADAS POR MI TIA NANA Y MI MAMA EN ALGUN MOMENTO DE NUESTRA VIDAS Y SABER CON EXACTITUD QUE HABIA PASADO ESE 8 DE AGOSTO DE 1976.
MUCHAS VECES DESPIERTA PENSABA QUE ESTO HABIA SIDO UN SUEÑO Y QUE DESPERTARIA Y TE VERIA EN CASA. PERO NUNCA FUE ASI.EN SEPTIEMBRE DE ESE MISMO AÑO LLEGASTE, SI LLEGASTE, PERO COMO LLEGASTE…………….
NADIE PODIA CREER QUE ESA MUJER FRAGIL-CON CONVICCIONES E IDEALES ERAS TU. HABIAS SIDO ARROJADA AL MAR DESDE UN HELICOPTERO Y DEVUELTA Y ENVUELTA EN ESPUMA Y SAL.
AHÍ QUEDO TU CUERPO TENDIDO EN LA ORILLA………HABIAS LLEGADO.
QUISIERON PASAR TU MUERTE COMO UN CRIMEN PACIONAL Y NO LO CONSIGUIERON.
QUE TREMENDO DOLOR, DESCONSUELO PARA MUCHOS QUE TE CONOCIERON……….NADIE PODIA CREER QUE LA PROFESORA –MILITANTE LE HABIAN ARREVATADO LA VIDA, LOS MOMENTOS MAS BELLOS QUE UNA MUJER PUDIERA TENER.
SER MUJER-INTELIGENTE-DISTINTA-PROFESIONAL -MILITANTE-DIRIGENTA FUE PECADO Y SE TE CASTIGO DESPIADADAMENTE.
TE PUEDO CONTAR QUE MI MAMITA SE HA MARCHADO, PARTIO TRANQUILA, CON TODOS LOS CUIDADOS QUE UNO LE PUEDE DAR A SU MAMA. SU CUERPO PEQUEÑO, FRAGIL……….SU CABECITA, SUS RECUERDOS O MEMORIA NO RESPONDIAN, NO ESBOZABA PALABRA. CUANDO LE DECIA QUE IRIAS A VERLA MOVIA SU CABEZA DE COMPLACENCIA PERO YO SABIA QUE ELLA ALGUN RECUERDO TENIA DE TI.
TE PUEDO ASEGURAR QUE ESTAS DOS MUJERES LO HICIERON TODO Y MAS ALLA PARA SABER QUE HABIAN HECHO CONTIGO.VERDAD Y JUSTICIA, DENUNCIAS, RECURSOS DE AMPARO, CRUZ ROJA Y POR ULTIMO, EL INSTITUTO MEDICO LEGAL, AHÍ TE LLEVARON Y AHÍ TE ENCONTRARON…………. MI MAMA SE DESPLOMO Y MI TIA SACO FUERZAS DE NO SE DONDE PARA SOBREPONERSE A LO QUE ESTABA VIENDO.
COMO LE DIRIAN A LAS NIÑITAS DE ESE ENTONCES DECIA MI MAMA, MI TIA Y MI PAPA.
MI TIA ME CONTO QUE FUISTE ENVUELTA EN SABANAS BLANCAS Y UN CHAL DEL MISCO COLOR QUE CUBRIO TU CABEZA.
ESOS PIES DESCALZOS CON QUE TE ENCONTRARON, FUERON CUBIERTOS CON SUAVES PANTUFLAS PARA TRATAR DE ABRIGAR TODO EL FRIO PASADO. SE ACERCABA EL MOMENTO EN QUE SERIAN LLAMADAS POR UNA PERSONA PARA QUE SE PUDIERAN DESPEDIR DE TI, TUS OJOS ABIERTOS DECIAN LO QUE HABIAS VISTO…….DOLOR,TORTURA ,CASTIGOS Y APREMIOS,TODO LO QUE TE HABIA TOCADO PASAR EN VILLA GRIMALDI HASTA CUANDO TE LANZARON AL MAR.
RECUERDO QUE ESE DIA DE TU FUNERAL ERA UN DIA FRIO, TODO SE HACIA EN SILENCIO, NOSOTRAS NADA SABIAMOS DE LO SUCEDIDO PERO,NOS DABAMOS CUENTA QUE NO ERA NADA BUENO. SOLO SABIAMOS QUE HABIAN TOCADO PUERTAS PARA ENCONTRARTE, LO MISMO QUE HUBIERAS HECHO TU SI HUBIESE PASADO ALGO CON ELLAS.
COMO HAN PASADO LOS AÑOS Y TU AUSENCIA AHÍ ESTA PRESENTE, LOS RECUERDOS INTACTOS PERO CON LA TRANQUILIDAD DE QUE ESTAS AHÍ, AL LADO DE MI ABUELITA QUE SIEMPRE ESPERO QUE VOLVIERAS A CASA, MI ABUELITO QUE TE ESPERABA EN EL PARADERO DE MICROS CUANDO VENIAS DEL TRABAJO Y MI MAMA QUE TRABAJO INCANSABLEMENTE POR LA VERDAD Y LA JUSTICIA DE MUCHOS ASESESINADOS.
MIS HERMANAS Y MI TIA SABEN QUE ESTOY ESCRIBIENDO UNA CARTA PARA ENVIARLA AL INFINITO DE LOS RECUERDOS, TUVIMOS QUE ACEPTAR QUE UNO VIENE AL MUNDO PARA HACER ALGO POR EL, PARA TRATAR DE DAR LO MEJOR DE SI,DEJAR RASTROS POSOTIVOS DE LO QUE UNO TIENE QUE HACER ANTES DE PARTIR, POR ESO TE QUIERO DECIR TODO LO QUE HAS SIGNIFICADO EN NUESTRA FORMACION COMO MUJERES.
SIEMPRE ES IMPORTANTE PARA MI QUE SEPAN DE TI Y DE NUESTRA FAMILIA Y DE COMO NOS HEMOS MANTENIDO A TRAVES DE LOS AÑOS UNIDAS, SE QUE ESTAS EN UN PLANO ABSOLUTAMENTE SUPERIOR A UNO, COMO ASI TAMBIEN TU ESPIRITU Y ENERGIA EN EL CUIDADO Y PROTECCION DE CADA UNA DE NOSOTRAS, TUS SOBRINAS Y HERMANA.
RECIBE POR SIEMPRE NUESTRO AMOR, RESPETO, ADMIRACION HACIA TI………TIA.
ME DESPIDO POR LO QUE FUISTE, ERES Y SERAS ENTRE MUCHAS OTRAS, SIMPLEMENTE COMO…………….
LA MARTA, HIJA.
LA MARTA, HERMANA.
LA MARTA, TRABAJADORA.
LA MARTA, PROFESORA.
LA MARTA, .MILITANTE.
LA MARTA COMUNISTA.
PERO POR SOBRE TODO, LA MARTA MUJER.
POR SIEMPRE, TU SOBRINA
PAULINA TARA UGARTE.
Julio, 2021
Querida,
Aún puedo recordar esa visión clara, cristalina y reconfortante de la ilusión ingenua de la infancia donde algún día sorpresivamente me encontrara con tu llegada, quizás tocaras la puerta, o reconocerte una tarde caminando por un lugar del territorio que habitamos… Deseaba encontrarte viva, con un bienestar que sólo podría imaginar una mente inocente, que no alcanza a concebir la tragedia sin retorno de tu desaparición. Era tan joven, tal como tú a tus veintitrés años en el día de tu secuestro.
Arrancada…
Los espectadores dirían: tan jovencita, qué niñita, una chiquilla, ¡tan cabra! Una mujer pienso yo, sin trato condescendiente, fuerte, suficiente para sí misma.
Hoy al rehabitar la fantasía de tu llegada veo todo mucho más crudo, me recorre la desesperación y solo puedo negarme esa ilusión. Es el suspenso constante de obviar tu muerte cuando nunca siquiera podré despedirme pues nos hicieron imposible poder saludarnos y compartirnos.
Querían ellos remplazar tu presencia por la presencia del terror y sufrimiento, ese que nos obliga a la tranquilidad, que nos hace sentir culpables por no haber sido incluso más silenciosas, cargar con esa culpa cristiana mientras tanto en la tele nos muestran a estos asesinos, violadores, torturadores y cómplices, encubriéndolos, cuidando su voto de silencio e incluso otorgándoles el beneficio de la duda, porque quizá era solo su trabajo, ellos igual son padre de familia. Nos quieren silenciosas de nuevo, quieren inculcarnos el miedo hoy sacando a los milicos a la calle cuando nos atrevemos a conmemorar, recordar, y pedir justicia. Hacen los mismos montajes de los ochenta, las mismas estrategias mentirosas para inculpar a las víctimas.
¡Si creen que seremos tontas! Pobres locas dirían los señores espectadores…
Me pregunto si hoy cuando nosotras marchamos con la cabeza en alto, sobrevivientes de abusos y violencia machista, acompañándonos como sororas, vendrías a mi lado.
Sé que nos compartimos como compañeras pues habitamos el mismo relato, aún patriarcal, donde no solo toman nuestras vidas para apagarlas, sino que también toman nuestra dignidad, nuestros cuerpos como fuente de tortura y daño sexual. No hay ni perdón ni olvido. Yo no olvido. No olvido que quieren encantarnos, manipularnos, conquistarnos con su pinta de macho recio, de cuidador y protector. Estos patrones de la patria se plantan como dueños de la verdad, nos tratan de compatriotas mientras en sus huellas se incrustan las injusticias, el asesinato, y la violencia político-sexual. Quieren siempre callar las voces, taparnos las miradas, pero nosotras somos capaces de presenciar la ausencia, la falta, de entender quién es el sujeto que de verdad lleva una venda en los ojos y arrasa con violencia sobre las nuevas valentías y diversidades. Somos capaces de relatar nuestras vivencias, contar la tuya y la mía, de creernos y abrazarnos.
No solo acojo tus cartas, cuadernos viejos y fotos en el ejercicio de la memoria cuando trato de recrear tu imagen, también relaciono a mi vida la seguidilla de sucesos que llevaron a tu desaparición. Al imaginar tu dolor, las pesadillas nacen, permanecen y se combaten.
Una muerte en espera…
Un relato nebuloso que nunca llegará de tu voz ni de tu presencia. Tu ausencia es fácil de sentir, tanto cariño que falta a veces. Todo lento de asociar, encajar, tan obtuso, tan tabú, y yo, y tú, y nosotras.
Y yo tratando de hacer tu foto más viva, como si pudiera lograr que tus ojos ya no fueran de papel, porque yo sé que logro a veces verlos cristalinos.
A mí nunca me sobraría una abuela, nunca me sobraría una mujer.
De Catalina Chislayne Maturana Keim y hermane
Para Mónica Chislayne Llanca Iturra
Dirigido al Museo de la Memoria y los Derechos Humanos, EPISTOLARIO DE LA MEMORIA II/CONMEMORACIÓN 11 DE SEPTIEMBRE. Mujeres escriben a mujeres
Temuco, lunes 28 de junio de 2021
Muriel querida:
Tengo siempre el impulso de escribirte estas palabras, no sé por qué no lo hice antes.
Lo que motiva esta carta es para contarte lo que el mundo ha cambiado. Tú que no has podido ver estos cambios, te cuento que algunos para bien y otros que cada día marchitan nuestros sueños.
Tu partida coincide con los tiempos horribles y crueles de la dictadura No puedo siquiera imaginarme lo que tu carne y tu esencia sufrió en manos de sicópatas asalariados del Estado vendido al capital foráneo y local.
Te contaré de los cambios del mundo y particularmente de nuestro Chile. Grandes cambios en lo cosmético, pero no en su esencia.
Me explico: grandes avances en la tecnología, pero en su esencia no ha cambiado nada. Primero llegó la tele a color, después la agroindustria, las forestales, la computación, los celulares, todo esto con grandes consecuencias. En resumen, el saqueo de nuestros recursos naturales, ofreciendo empleos masivos, gran engaño, después se concluye que la dictadura ya cumplió su cometido. Ésta introdujo el individualismo y a los ingenieros comerciales en todos los servicios públicos del estado y lo peor, con más énfasis en la salud y la educación que cada día va de mal en peor. Vino la engañosa democracia que ha traicionado y burlado a nuestro pueblo sacrificando tantas vidas, como la tuya, hermana.
En los tiempos actuales ya no hay esperanza, sólo odio y violencia incomprendida por muchos, pero es consecuencia de la traición y la burla, nos manejan las mafias, tú me entiendes, siempre fuiste inteligente y sensible.
Hoy, hay una guerra interna con epicentro en nuestra querida y sufrida Araucanía, somos los más castigados por ser los únicos que resistimos. Como siempre el “Pueblo Mapuche” se defiende y resiste, pero hoy con orgullo y dignidad, eso me gusta, dan la pelea, eso que la contienda es desigual, porque quién puede contra los latifundistas, ex fuerzas armadas, patria y libertad, empresarios forestales y sicarios traídos de Colombia y Venezuela (mafia) todos ellos conforman el APRA, grupo paramilitar que actúa independiente del estado y éste los deja existir y actuar.
De lo personal, con la mamá, mi hijo y su padre hicimos nuestra vida en el exilio, hicimos organización, desde allá te buscamos a ti y a todas/os .
En Inglaterra tuvimos una vida plena, aprendiendo a vivir con el dolor de tu pérdida.
Aprendimos de otras culturas… Yo fui a la Universidad y egresé y me titulé, cosa que te impidieron a ti.
Trabajamos con la mamá en lo que pudimos, El Reino Unido nos dio una pensión digna a las dos.
La mamá abandonó este mundo el 5 de septiembre de 2005 y tu padre (digo tu padre pues nunca lo sentí el mío) a él no lo ví nunca más, murió el 9 de septiembre de 1987, como tú puedes ver, antes que la mamá.
Mi hijo Federico nació de 1977 en este terrible Chile, en la más horrible pobreza y la enfermedad de la mamá.
Él nos dio las ganas y el deber de seguir luchando por la vida, la mamá se recuperó de su cáncer.
“Salimos adelante” con ayuda de antiguos conocidos y amigos. Nuestro padre nunca lo quiso conocer, eso que era varón. Todos los tíos Dockendorff lo fueron a conocer y Edmundo por el lado de la mamá.
Los primos Armando y Cecilita te han buscado también, y más tarde Flavia, Eduardo y Mito en tu memorial que se realizó en la Biblioteca Nacional y tantos amigos y también desconocidos para que se hiciera justicia para ti y para tantos otros.
Federico nació autista y sordo. En mi desesperación, el abuelo (el Goigo) me dio consuelo y como sabio que siempre fue y que quise tanto me dijo: Hija, el niño saldrá adelante necesita mucha paciencia y amor y fue así. Él siempre con una conciencia tan clara, hasta lo último. El abuelo se fue en junio de 1992 a sus 92 años.
Increíbles sutilezas de la vida, hoy vivo en la casa de los abuelos en Millaray, Temuco.
Me pongo triste, ya tengo 67 años y creo que mi tiempo se escapa, me cuesta aceptarlo por Federico.
También he tenido tiempos buenos, varios amores y dolores, pero he vivido
Y como tú decías hermana:
“No importa cuándo morir, sino cómo morir”
¿Cómo saberlo?
Me despido de ti con el amor y respeto, admiración que siempre te tuve.
Tu hermana chica,
Berenice
Reinalda tú nombre significa, nacida para ser amada, sí, como en el tierno regazo del hogar materno que formaron, tú siendo hija única de una mujer valiente, campesina ejemplar que fueron parte de esa otra gran familia compuesta por la hermanas de tu madre, grandes mujeres, cada 16 de julio de cada año se juntaban para celebrar en grande a todas las Carmen, hijas, hermanas, primas, sobrinas, entre todas ellas tú resaltabas por tu ojos verdes bajo los sauces la guitarra les tocabas, con tu pelo castaño al viento en septiembre volantines elevabas, mientras la cocina de muchas mujeres se llenaba, cada una trabajando, preparando las cazuelas, las ricas empanada, la torta y el “enguindao”. Carmencita que linda familia tuvimos, hermosos recuerdos dejaste. Que feliz fue tu niñez, a las pequeñas también regaloneaste, fuiste muy responsable en el colegió, alegre, generosa, respetuosa como nadie.
Reinalda, inquieta como quién más, a la Universidad de Chile a Tecnóloga Médica ingresaste, secretaria del centro de alumnos te eligieron. Una vez titulada, en el gobierno de Allende en los campamentos trabajaste, educando a las mujeres para sus hijos cuidar y lactar. En el gremio de la salud cargos sindicales ejerciste, en Colegio Profesionales abnegada dirigente fuiste.
En Hospital Sotero del Rio, como jefa del banco de sangre te desempeñaste. A un Flaco kinesiólogo conociste, como amigos en la salud se encontraron y con mucha conciencia de clases juntos trabajaron. Con el paso del tiempo uno del otro se enamoró y en junio del 73, con los amigos boda en el civil celebraron.
Reinalda, gracias por darme permiso para dar a conocer que desde muy niña las ideas de tú padre seguiste y después tuyas las hiciste. Reinalda, desde muy joven luchaste, del sacrificio del campesino supiste, junto al obrero mal pagado tu temple formaste, la discriminación social junto a tu madre sufriste. Un mundo mejor querías sin diferencias de clases, que los niños pudieran educarse que a la universidad llegasen, que la familia casa propia tuvieran sin endeudarse, fuiste parte de a una generación maravillosa que junto al Presidente Allende por esos derechos sin descanso trabajaste.
Así las cosas, pasaron hasta EL 11 SEPTIEMBRE DEL 73. Cómo olvidar ese día aciago cuando los milicos llegaron, GOLPE DE ESTADO GRITARON, las radios silenciaron al pueblo, acribillaron, la casa de gobierno, bombardearon. El Compañero Presidente resuelto, al pueblo se dirigió . . . “ Yo no voy a renunciar, pagare con mi vida la lealtad del pueblo . . . Me dirijo, sobre todo. . . a la mujer de nuestra tierra. A la campesina que creyó en nosotros. A la abuela que trabajó más. A la madre que supo de nuestra preocupación por los niños.
El golpe de estado en Chile fue el más sangriento de toda América Latina, hasta niños fueron acribillados, los 4 generales coludidos, rastreros, desleales, cobardes, asesinos. Comenzó la persecución los partidos políticos a la clandestinidad, el Congreso cerraron, la democracia violaron, los derechos del pueblo pisotearon. Fueron muchos los reprimidos no fue casualidad, por pensar distinto los persiguieron. Reinalda, hoy no pueden negar los agentes de la DINA, te secuestraron el 15 de diciembre del 76 y esto no es ficción ni poesía. A tí Carmencita te mataron por salvar muchas vidas de compañeros perseguidos, en la labor de enlace todo organizaste, sacándolos al exilio de la garras de la dictadura mucha vidas salvaste. ¡Sí, existen pruebas te mataron! Sin piedad, con alevosía y ensañamiento, actuando sobre seguro más de 5 agentes te redujeron a plena luz del día te secuestraron en Exequiel Fernandez, esquina de Rodrigo de Araya, en 2 autos se trasladaron al Cuartel de Exterminio de Simón Bolívar 8800 te llevaron. Esto reza en tú causa varios testigos lo declararon, agentes de la DINA estos hechos ratificaron, reconociendo que presenciaron o de tus torturas supieron, electricidad te aplicaron, con una satén doble fondo varias veces la cabeza te golpearon. Les llamó la atención la joven y bonita mujer, de este caso emblemático desde los cuarteles a tribunales los agentes declararon haberte visto desnuda y tu vientre palpitar antes de la inyección de cianuro o pentotal, CARMENCITA EN TU VIENTRE A TU PRIMER HIJO, DE 6 MESES DE GESTACIÓN LLEVABAS. “DONDE ESTA TU HIJO REINALDA” queremos explicación. Los agentes del estado, dobles crimen cometieron, por doble crimen deben pagar. Los secuestros son crímenes permanentes que cruzan toda la sociedad, son crímenes de lesa humanidad perseguibles en el tiempo nacional e internacionalmente hasta los culpables encontrar. Tanto es así que un fallo reciente dictado en junio 2021 recién pasado una Corte Federal de Australia, ha declarado susceptible de extradición a ADRIANA ELCIRA RIVAS GONZALEZ, Ex Agente de la DINA, secretaria del general Manuel Contreras condenado a 289 años. Adriana Rivas, se encuentra presa en cárcel correccional de Australia con cargos de SECUESTRO CALIFICADO, en contra de 6 hombre y una sola mujer, ella ere tú Reinalda junto a tus queridos compañeros de partido. Este fallo internacional deja un claro mensaje a los criminales que van libres por el mundo en completa impunidad, serán perseguidos en donde se encuentren, para su posterior juzgamiento y sanción. Hoy en pleno 2021, los sueños e ideales de los que ayer cayeron se fundan en las EXIGENCIAS DE LA REVUELTA, se hace carne viva al flamear de una gran banderas, extendida por jóvenes, junto al pueblo que OCTUBRE 2019 SALIO A LA CALLE SIN MIEDO EFERVESCENTE haciéndose escuchas. Las EXIGENCIAS DE HOY SON LAS MISMA DE USTEDES y serán plasmadas por el pueblo representado EN LA CONVENCIÓN CONTITUYENTE. Avanzamos por una sociedad mejor.
Reinalda el Estado ayer en dictadura, hoy en débil democracia, se sigue haciendo el sordo ciego y mudo, sin un actuar claro y ejemplar. Exigimos al Estado de Chile y nos hacemos escuchar ¡No! nos siga asesinando ni los ojos mutilando, o al Mapocho lanzando, por exigir, un mundo mejor que respete los derechos humanos y cautele nuestra vida.
Reinalda querida hasta siempre, compañera no aceptaremos nunca tu cruel partida. Tú corazón bien puesto admiramos, tú sangre roja compartimos. TE SEGUIREMOS AMANDO CON MÁS ORGULLO CADA DÍA.
Reinalda Chile recorres de mar a cordillera de Arica a Punta Arenas, tu presencia está latente todos te conocen y te tienen presente los jóvenes o no tan jóvenes, los hombre y mujeres. TÚ ere su referente una luchadora incansable un ejemplo inolvidable lo demuestran con canciones, poemas, escritos y murales, calles y plazas en tu nombre, placas en hospitales, en el centro de imagen, en el banco de sangre, en la óptica popular, en el lactario y el frontis de la Chile tu nombre con mucha dignidad bien escrito está.
¡¡En el corazón del pueblo REINALDA SEGIRAS VIVA SIEMPRE !!
No sabes la emoción y el momento que estamos viviendo hoy, te imagino en estos momentos con tus bellos ojos demostrando alegría y riendo con tu risa loca, llena de felicidad. Tú sabes que yo no tengo mucha fe en que existan cambios reales en este proceso, pero sí creo y estoy convencida, que el proceso en sí, es interesante.
En alguna medida, la pandemia más la esperanza que instaló el estallido social, han permitido que poco a poco sectores se vayan dando cuenta que toda la vorágine consumista en la que nos sumergió la dictadura y que perpetuaron los sucesivos gobiernos, es algo con lo que hay que terminar junto con la lógica de la explotación. Pero bueno, volviendo a la emoción, hoy nombraron presidenta de la Constituyente a una mujer, mapuche, que hizo su discurso inicial maravilloso, emocionante, recordando el respeto que hay que tener por la tierra, la naturaleza, el ser humano. Te habría encantado, estaríamos comentándolo y analizándolo como lo hacíamos en Iztapalapa ¿lo recuerdas? Junto a Viviana, las conversaciones que teníamos las 3 en el Departamento donde vivíamos con tu-nuestro pollito. Lo vieras ahora, obvio estarías más que orgullosa. Ha crecido, ¡cómo no! Tremenda persona, buen hombre, con una bella familia. A propósito, una de sus hijas es igualita a ti, será bella como la abuela.
Con Viviana seguimos en contacto, nos acordamos mucho de ti. Con ella y con Lyli, ¿te acuerdas de ella?, nos hemos visto y sobretodo nos juntamos, en forma virtual, a conversar de todo, del pasado, del presente, del futuro; de nuestras vidas, nuestros achaques, nuestras penas y nuestras alegrías…. Y tenemos planes, los cuales, de hacerse realidad, te incluirán, porque siempre estás en nuestra mente y en nuestro corazón.
Un abrazo amiga, hermana, Compañera. Hasta siempre. Celia
Rosettita, una vez te pregunté el porqué de tu nombre.
Me dijiste, con mucha ternura, que tu mamá y papá, al verte recién nacida, pensaron que eras como una rosita. Con el tiempo pensé que habían tenido razón: las rosas parecen frágiles y sensibles al ambiente, son hermosas y su tiempo de existencia es breve.
Eras alta para esa época, de cabello levemente ondulado y castaño oscuro, usabas lentes gruesos, que eran el filtro para ver en etapas, tus preciosos ojos celestes. Tu tez era muy clara como una perla… Y una risa… tan estruendosa, contagiosa y generosa que estremecía a cualquiera a tu alrededor.
Cuando nos conocimos, a los 22 años, ya vivíamos en peligro. Eran tiempos difíciles en que la persecución, la tortura, detenciones, desapariciones y muertes de nuestros amigos y familiares se habían impregnado en nuestros cuerpos e historia de vida.
Un día de marzo de 1975, desde Tres Álamos, nos subieron a un avión y cuando pensábamos que todo lo terrible ya nos había pasado y que teníamos una nueva oportunidad de vivir, no nos dimos cuenta que la vida, nuevamente nos tenía preparado, nuevos dolores y golpes.
Recién habíamos llegado a esa patria, con solo 132 días de haber pisado el suelo mexicano y de experimentar la sensación de libertad…inesperadamente te mueres, Rosetta!
Viví en estado de perplejidad tu rápida ausencia. Un duelo extraño, sin tiempos para llorar. Tenía que asumir el rol de ser una madre transitoria de tu hijo de un poco más de un año de edad.
46 años han transcurrido de ese momento. Estoy sentada en mi escritorio, con un computador, con mi pelo canoso, con tantas vidas que me tocó vivir y te imagino al lado mío, riendo y conspirando. Creo que estaríamos arrimándonos a la reflexión feminista y caminando con los y las jóvenes, que nos inspiran con sueños de una nueva patria.
Mi carta va a ese lugar donde te encuentras, Te abrazo, y todo mi amor está contigo. Viviana
“Hay recuerdos que no voy a borrar
personas que no voy a olvidar
hay aromas que me quiero llevar
silencios que prefiero callar”
Amiga de mi alma, eterna acompañante de mis días tristes, cuando me abruma la nostalgia de tanta ausencia acumulada y veo con pesar, que cada día se suman nuevas ausencias y aquí, en este mundo, vamos quedándonos cada día más solos, con demasiados vacíos en el alma, estás tú siempre ahí, a mi lado.
Tengo grabados los momentos compartidos contigo desde ese día, cuando tuve la suerte y privilegio de haber coincidido contigo en esta vida, en ese momento y lugar, Londres 38, donde escuché por primera vez tu voz, ronca, y fuerte y Cuatro Álamos, cuando al retirarnos las vendas, pude ver por primera vez tu mirada limpia y clara.
Siempre que he escuchado los sones de “Valentina Valentina, yo te quisiera decir, que una pasión me domina y es la que me hizo venir….” se me hace un nudo en la garganta, te veo en la pieza contándome que el Cata la cantaba, entonces tú la entonabas y con una media sonrisa y los ojos entrecerrados, te transportabas a encontrarte con él, a un espacio donde solo existían ustedes dos….
Recuerdo que un día me dijiste que querías escribirle, para “hablarle” en forma directa, sin pasar por los ojos y censura de los carceleros, así que juntas ideamos el mandarle un cuadro, tu escribiste varios días sin parar lo que tenías en tu alma, entonces yo me encargué del barretín, en un género de arpillera, dibujé una figura que luego “pinté”, con lanitas de colores y juntas envolvimos las cartas formando un cuadro que llegó finalmente hasta sus manos, sin ser mancillado por ojos ajenos….
Rosetta, amiga/hermana, he conversado tanto contigo en estos casi cincuenta años donde el tiempo ha ido permeando mi cuerpo pero tú sigues en mi memoria intacta. Aún me haces falta, aún te echo de menos, he reído y llorado, agradeciendo que tu recuerdo, tu voz y tu risa me hayan acompañado siempre. Patty
Rosetta eterna, acá estás hoy, estás ayer y estás mañana en mi corazón, en mis ojos, en mis oídos, eterna en mi camino querida amiga. El sonido de tu risa inconfundible pero también confundible con un trueno, con las olas del mar, con la lluvia torrencial, confundida y confundible en esos sonidos bellos e intensos de la naturaleza, así recuerdo tu risa hoy, hermosa divertida estruendosa y tan natural.
Rosetta eterna, Rosetta querida cómo olvidar esos momentos compartidos? Te conocí antes de conocerte por los relatos de Janett nuestra amiga común, recuerdo luego cuando nos juntamos a inicios del año 74 en una calle de la comuna Independencia para pasar unos días en mi casa, pero fueron menos debido al riesgo que implicaba dos dirigentes juntos, Ricardo y Alfonso, buscados por la represión.
Cómo olvidar la emoción de nuestro encuentro en “Tres” y tu presencia llenando cada espacio de 3 álamos, tu figura imponente de belleza, tus grandes ojos verdes, ¿o dorados? tus reflexiones, tus recuerdos, tu compromiso intacto, tu amor por tu pollito. Fue corto nuestro tiempo juntas en ese campo, cada una fue exiliada en diferentes continentes y no obstante la distancia y las dificultades en las comunicaciones, nos comunicamos, y acá tengo tus cartas, con tu letra como tu misma, alocada y también compartiendo tus días, tus esperanzas, tus temores, acá tengo esas cartas en las que me contabas del día de las mujeres, hacíamos planes de tal vez yo irme a encontrar con Uds, contigo, con la Vivi, tu pollito y mi Natalia.
No fue posible amiga amada, pero viniste tú, en todo tiempo, en toda geografía, sin continente.
Acá sigues, eterna, en mi corazón, en mis ojos, en mis oídos…Erika
Cecilia Gabriela Castro Salvadores nació el 2 de julio de 1951 en Santiago. Hija de Angel Castro Cid y Edita Salvadores de Castro. Egresó del Liceo Nº1 de Niñas, donde se la recuerda como una alumna excelente y destacada deportista, pues fue seleccionada nacional de voleibol.
Cursó estudios superiores en la Escuela de Derecho de la Universidad de Chile. Siempre con un compromiso social y político como herencia familiar, Cecilia ingresa a militar en el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR). Fue activista campesina participando en las tomas de terreno, en el verano de 1972 en Linares, como parte del Movimiento Campesino Revolucionario. También participó en el cordón industrial Vicuña Mackenna. Conoció a su pareja, Juan Carlos Rodríguez Araya, precisamente en sus labores políticas, contrayendo matrimonio el 25 de febrero de 1972. Poco menos de un año después nace Paula Valentina, la hija de ambos.
En la madrugada del 17 de noviembre de 1974, fue detenida junto a su marido, en presencia de sus padres, en su domicilio en la comuna de Providencia, por un grupo dirigido por Osvaldo Romo. Cecilia y Juan Carlos fueron llevados al cuartel Ollagüe (José Domingo Cañas) y posteriormente Cecilia fue sacada junto a un grupo de personas prisioneras a Villa Grimaldi. Ambos permanecen desaparecidos e integran la lista de 119 chilenas y chilenos en el caso conocido como Operación Colombo.
Cecilia tenía 23 años.
Fuentes:
José Domingo Cañas
Memoria Viva
Museo de la Memoria y los Derechos Humanos